La tragedia del Metropolitan Museum que llevo a una restauración nunca vista

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La escultura del Adán del escultor y arquitecto veneciano Tulio Lombardo (1455 – 1532) ha conseguido ser restaurada después de un arduo trabajo durante doce años. Para saber cómo se ha llegado a este punto vamos a hacer un breve recorrido sobre la historia de esta escultura.

El escultor italiano esculpió esta figura para que formarse parte de la monumental tumba de Andrea Vendramin, el entonces dogo de Venecia. Su primera ubicación entonces fue la iglesia de Santa Maria dei Servi. En dicha iglesia se mantuvo hasta la segunda década del siglo XIX, cuando se trasladó a la basílica de San Juan y San Pablo de Venecia. Posteriormente seria llevada al palacio de Vendramin Calergi.

Este palacio fue comprado por la duquesa de Berry en 1844. Más tarde la escultura seria vendida por los descendientes de la duquesa a un banquero parisino. Tras el fallecimiento del banquero, su viuda vendió la figura a un marchante de arte en 1935. Seria al año siguiente cuando la obra paso a formar parte de la colección del Metropolitan Museum de Nueva York.

Escultura de Adán realizada por Tulio Lombardo

Sería el 6 de octubre del 2002 cuando una tragedia se cerniría sobre este museo y su preciada obra del Renacimiento veneciano. El pedestal del Adán había cedido y como resultado, la escultura se había roto en 28 grandes trozos y centenares de pequeños fragmentos.

El museo desde el primer momento tenía claro que su objetivo era la restauración de la escultura, aunque en sus planes no estaba que dicho trabajo les llevara doce años. Aun así este duro trabajo les mereció la pena ya que el Adán luce su aspecto original prácticamente.

Para la restauración se emplearon técnicas como el mapeado con láser mediante el cual se obtuvo una imagen virtual en tres dimensiones de la figura. Esto permitió analizar con detalle qué partes de la escultura se verían sometidas a mayor tensión una vez se reconstruyera la obra. También se escanearon los fragmentos para estudiar con más detalle cada uno de ellos.

También se utilizaron varias agujas de fibra de vidrio para ensamblar las piezas por la zona de los tobillos y en una de las rodillas de la escultura y así garantizar que soportaría el peso de la pieza. Para unir el resto de fragmentos se diseñó un nuevo adhesivo acrílico mucho más flexible que los que se utilizaban hasta entonces.

La cabeza del Adán fue la última pieza en colocarse, la cual se colocó el 1 de abril del 2013. Desde ese momento, se han rellenado las piezas pulverizadas en la caída y se ha ajustado el color de la escultura. Aun así, las cicatrices del accidente siguen presentes.

Última fase de la restauración del Adán de Tulio Lombardo

No se puede negar que esta restauración ha conllevado un largo y duro trabajo pero que sin duda debemos agradecer ya que si vamos al Metropolitan podremos disfrutar de esta escultura casi como si nada hubiera pasado. Para que veáis como han sido los trabajos llevados a cabo os dejo un video de Canal Patrimonio, aunque resumido en tres minutos.

Fuente | ABC

Archivado en Adán, Metropolitan Museum, Restauración, Tulio Lombardo
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