Bron/Broen: mantener el nivel

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Bron/Broen

Los que más me conocen saben mi preferencia por las series policíacas que implican profundamente a los investigadores encargados del caso. Una serie donde podamos identificarnos con el personaje, comprender su trabajo y conocer al policía, más que ver paja y relleno sobre el caso, siempre será de mi interés. En mi juventud era muy seguidor de CSI: Las Vegas, así como de sus hermanas de Miami y Nueva York (a la tercera en discordia, CSI: Cyber ni me he acercado) aunque no tardé en cansarme de la misma fórmula en todos sus capítulos (y es que hay que recordar que la franquicia es una de las más longevas en televisión). Series como éstas, Bones, NCIS, y, en menor medida, Caso abierto o Ley y orden, me han atrapado durante un tiempo, pero siempre las he dejado o abandonado, aburrido. Está claro que lo importante en estas series y esta temática es resolver los casos, pero cuando los personajes no avanzan, se mantienen durante veinte o treinta casos tan imperturbables como al principio, pierdo el interés. Supongo que estoy más interesado en los personajes que en los casos a la hora de decantarme por una serie. En el otro lado, tenemos como un buen ejemplo a Luther, con un Idris Elba colosal, o la más reciente True Detective. Series donde el caso es interesante, mucho o poco, pero donde nos fijamos en el investigador, en el policía, con lo que la serie gana enteros, a mi modo de ver.

Por eso me acerqué con algo de escepticismo a la segunda temporada de Bron/Broen. A pesar del fallo que desmonta toda la serie de un plumazo, durante la primera tanda de episodios vemos como avanza la investigación con mayor o menor interés (en mi caso un notable alto), pero no paramos de ver a sus dos protagonistas, sus vidas, sus miedos y su personalidad. Dejaba a los protagonistas perfectamente trazados, un trabajo realmente bueno, con personas a veces simples y a veces complejos; lo que es cada uno en determinado momento, en definitiva. El chocante suceso de final de temporada nos dejaba a todos un poco descolocados, o, como se dice más comúnmente, “con el culo partido”. Y aún así la serie se cierra perfectamente, y al ser un caso por temporada, no tenemos que estar pendientes del desarrollo de x pistas o del paradero de y sospechosos.

Bron/Broen II

Todo lo bueno que la ficción sueco/danesa nos ofreció en su primera sesión de capítulos lo repite en esta segunda: el buen hacer tras las cámaras, los secundarios resultones, los personajes muy secundarios que aparecen y desaparecen por orden de la trama, la fotografía fría y hasta en ocasiones aséptica, incluso me atrevería a decir una frialdad manifiesta a la hora de abordar la producción… Sofia Helin y Kim Bodnia, como decía, vuelven a bordar unos personajes hechos para ellos. Aunque a mi particularmente el “mal de Asperger” que padecen muchas series de televisión para hacer a sus personajes atormentados en el fondo me empieza a cansar, son esos pequeños detalles que deja Helin lo que hace que Saga Norén nos inspire toda la simpatía del mundo (me estoy refiriendo, en especial, al único momento en el que el personaje se derrumba; son dos segundos, una mueca de tristeza/rabia y la voz encogida, y otra vez firme como una roca, pero ese momento llega hondo). Martin Rohde, por su parte, intenta salir adelante con mayor o menor fortuna alejado, a regañadientes, de su familia. Aunque la resolución de su personaje no me gustó nada (se le coge cariño enseguida, ya lo dije) los pasos para llegar ahí son más que correctos y sus conversaciones con cierto personaje, deliciosas.

En definitiva, la segunda temporada de Bron/Broen mantuvo el nivel de la primera, si bien el caso a investigar no me resultó tan interesante como el anterior, por mor de unos personajes igual de buenos y unos actores en estado de gracia. Eso si, para mi con la tercera temporada, salvo sorpresa, que no cuenten.

Archivado en Bron/Broen, Noir nórdico, SVT1, The bridge
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