Mad Men y su violenta sexta temporada

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Cartel de la sexta temporada

Hace mucho que tenía la sexta temporada de Mad Men guardada en el baúl (digital). Siempre tenía algo mejor que ver, me daba un poco de pereza, la verdad. Lo que pasa con las grandes series es que no te guardan rencor y cuando te decides a verlas, nunca fallan.

A pesar de empezar muy floja, la serie de AMC nunca decepciona. La profundidad que tienen sus personajes y las nuevas incorporaciones hacen que tenga un enorme valor en sí misma. Si Matthew Weiner y sus guionistas quisieran, la podría aguantar muchos años más. Don Draper y su compleja personalidad debería ser objeto de estudio en las universidades. Es muy complicado saber cómo se siente en cada escena.

La sexta temporada, como el resto de la serie, nos ha dejado grandes momentos. Los convulsos años 60 están acabando y Weiner ha querido trasladar a la serie el caos social que se vive tanto en Europa, con las revueltas estudiantiles en Praga y París, como en Estados Unidos, con las luchas raciales y antibelicistas, y los magnicidios cometidos sobre Bobby Kennedy y Martin Luther King. Nueva York se vuelve cada vez más insegura y tiene consecuencias en el comportamiento de los personajes. La violencia que se vive en la calle se traslada a la vida y el trabajo de éstos. El accidente de Peggy con su novio Abe, los accidentes de Ken Cosgrove y hasta el asalto a la vivienda de Don son sus claras consecuencias. El mundo está cambiando a una velocidad vertiginosa.

Mujeres de armas tomar en los 60

La mujer también se encuentra inmersa en ese cambio, ansiando el poder que tienen los hombres. Buscan el éxito profesional, reflejado en Megan, como actriz, y en Joan y Peggy, que se muestran cada vez más ambiciosas en su trabajo. Pero algo ha cambiado, ahora no tienen miedo y saben que pueden. Muy gráfica es la imagen de Peggy sentada en el sillón de Don.

Una de las mejores noticias para Mad Men ha sido la confirmación de un personaje que despertó en la temporada anterior. Se trata de Sally Draper, que ya es adolescente y empieza a darse cuenta de los defectos de sus padres y del mundo que le rodea. Esa pérdida de inocencia y la interacción con su padre son los que convertirán a este personaje en una de las claves para la temporada final de la serie. Sin salir de la familia Draper, otro de los grandes momentos fue el capítulo The Better Half, en que Don y Betty se reencuentran, hacen las paces y algo más. Es muy impactante volver a verlos compartiendo escena después de tanto tiempo, pues la química que desprenden es la esencia del Mad Men de los inicios. Aunque fue breve, fue un soplo de aire fresco.

Padre e hija en la serie

La decadencia de los ejecutivos de la agencia es otro claro síntoma de que las reglas del juego también están cambiando en los negocios. Pete Campbell tiene que vivir en su picadero sólo y cuidando de su madre, lo que le repercute en su trabajo. Conciliación de la vida familiar y laboral pura y dura. Pero hasta el rastrero Pete merece la pena y su personaje crece a medida que los guionistas lo hacen sufrir. También Ken Cosgrove tiene que renunciar a una importante cuenta a cambio de calidad de vida. En una ciudad exenta de principios entre los más poderosos, parece que empiezan a calar (superficialmente) sobre los yuppies las ideas que se están defendiendo apenas unas calles más allá de sus gigantes torres de acero.

Estas son sólo algunas pinceladas de lo que nos encontramos en otra brillante temporada de Mad Men. La siguiente será la última, aunque para eso todavía queda mucho, ya que estará dividida en dos como ya pasó con Breaking Bad. La esperaremos con ansia igualmente. ¿Qué te ha parecido la sexta temporada de Mad Men? ¿Qué personaje te gusta más?

Archivado en AMC, Don Draper, Mad Men, Matthew Weiner, Series
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