Publicado por Carlos Girón el 10/12/2013 @ 14:30
Los fundamentos filosófico-religiosos de las artes marciales chinas se traducen en prácticas corporales. Desde aquí se encuentra presente un principio fundamental: la división entre alma y cuerpo no opera en esta tradición. En efecto, nos encontramos lejos del dualismo antropológico que marca un aspecto divino encerrado en su tumba carnal. La mente racional, la que resuelve problemas, no tiene un privilegio frente a la unidad mente-corazón que implica una apertura... Continuar leyendo...