España es un país de inmigrantes y emigrantes, forma parte de nuestro código genético

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En una canción mítica de Pearl Jam, conocido grupo de rock de los 90, un verso nos recuerda que “el que olvida está destinado a recordar”. Tras esta aparente sencillez casi absurda, se esconde una verdad que algunos y algunas tratan de maquillar con la dialéctica mediocre que abunda en nuestra sociedad actual. Puro y ladrillo.

No me quiero remontar tan atrás, me refiero a épocas en las que el que el sol no se ponía nunca en los dominios del Imperio. Mis conocimientos de historia son los que son. Sin embargo, a pesar de mis limitaciones en historia sí puedo constatar ya el inicio de un hecho. Inmigración. Debe ser que en nuestros genes actuales perdura ese afán de buscar “El Dorado”, de buscar en otros lugares dejados de la mano de Dios lo que nuestra madre patria nos niega. El pan.

Frío, congelado

España es un país de inmigrantes y emigrantes. Forma parte de nuestro código genético. Epicentro cultural o de oportunidades para muchos, es normal y hasta saludable la multiculturalidad. Es una pena eso sí que dicha mezcla cultural se deba a razones de necesidades básicas como por ejemplo, escapar de la hambruna, la guerra con sus matanzas para algunos “colaterales”.

Durante el infame episodio de la guerra civil miles de nuestros vecinos tuvieron que escapar por temor a las represalias de otros vecinos. Se convirtieron en emigrantes – inmigrantes acogidos en sus países receptores con mejor o peor suerte. Dentro de nuestras fronteras el fenómeno de la emigración autóctona fue y es una constante.

Tengo varios compañeros de generación que se han buscado las habichuelas en Madrid o Barcelona. Nada de vicios, tan sólo oportunidades. Os hablo de aquellos maravillosos años en los que “Spain” era el nuevo milagro económico del mundo mundial del universo. Ahora sabemos lo que en su momento sabíamos pero nos negábamos a creer. Éramos un gigante con pies de barro. Recuerdo una entrevista del ex presidente Aznar en la cadena Ser cuando le preguntaban sobre una futura burbuja inmobiliaria.

Si mi memoria no me falla dicha entrevista ocurrió mucho antes de la llegada del siguiente ilustre ex. Zapatero. Bueno, en dicha entrevista, nuestro vecino negaba tajantemente semejante idea. Eso era fruto de los teóricos de la conspiración. De los envidiosos vamos. El tiempo al final ha demostrado que los envidiosos eran además, videntes.

Plaza Lenin

Un buen amigo mío se ha pasado los últimos años dando tumbos dentro del sector naval. Uno de los sectores en los que somos líderes por calidad e innovación ha caído por la incapacidad de los legisladores y por la mala praxis empresarial en una espiral de decadencia parecida a la ocurrida en la década de los 80.

Este buen amigo mío se ha ído en busca de “El Dorado” a la cercana ciudad rusa de Khabarovsk (no aparece ni en la Wikipedia) para disfrutar del maravilloso clima subtropical, del vodka y de las espectaculares zonas de recreo turísticas de la región. Hielo, ventiscas y Baba Yaga son parte de esa juerga padre que mi amigo disfruta. Encima gana un dineral. Es mileurista en Rusia ojo.

¿Porqué un gallego con su mujer y familia arraigadas a su tierra ha tenido que cogerse varios aviones y cambiar la morriña por el vodkiña? Según nuestros amigos de la dialéctica “minutera” se debe al afán emprendedor del joven español. De su necesidad de descubrir nuevos horizontes. Disfrutar y divertirse casi oigan. Los jóvenes inmigrantes españoles abandonan su hogar porque quieren y deben ya que son parte de la marca “Spain”. Inmigrante pero sobradamente preparado.

Dicen esos mismos amigos de la dialéctica relativista que estamos invirtiendo el talento en Europa y más allá de los mares. “Plus ultra”. Casi me dan ganas de cogerle a mi sobrino el disfraz de buzz lightyear, hacer las maletas y exportar mis talentos a Alemania.

Buzz

La semana pasada leí que Bélgica estaba echando del país a españoles en situación “irregular”. ¿Os suena? Suiza va por libre. La Unión Europea parece un poco menos unión. Nos iremos acostumbrando a un cambio en el sistema. El sistema no se adapta a nosotros sino al revés. De lo contrario sería un antisistema, un perro flauta sucio, un yayo flauta preferentista, un progre que no se lava lo suficiente.

Está claro que los que viven de este status quo así lo quieren. También lo quería Luís XVI, Nerón o el FMI y sus famosas recetas. Parece que muy despacio, demasiado tal vez para los muertos que van quedando por el camino se va soltando el nudo que nos viene asfixiando desde hace varios años. Se vislumbra alguna leve mejora como incentivos para contratos más estables.

Entrar en estas discusiones nos llevaría a un bucle ya demasiado visto en las tertulias televisivas. Como sabéis mi rigor histórico e informativo brilla por su ausencia. No tengo tanto tiempo como para investigar. Aunque lo tuviera, mis datos serían fácilmente vilipendiados por la misma dialéctica alzheimica.

Termino como empecé. El que olvida está destinado a recordar. Hay quienes se empeñan en olvidar para poder recordar épocas mejores, para ellos. A mi amigo inmigrante de las estepas rusas le ofrecieron un trabajo en régimen de semi esclavitud análoga a la encontrada en la economía sumergida de cualquier país del sudeste asiático. Bien visto incluso bajo el perspicaz e iluminado discurso de “el español prefiere trabajar a estar en su casa”.

Es evidente que la necesidad empuja y fuerte. La necesidad nos hace aceptar condiciones propias de otros tiempos. Todos tenemos que pagar la “herencia recibida”. Todos nos apretamos el cinturón mientras a mi buzón llegan sobres con una sola letra A. Mientras que por aqui seguimos con la política del palo y la zanahoria ejemplarizado en la ”Reforma laboral” mi amigo ha tenido que abandonar su tierra y familia en pos de un futuro por lo menos más digno.

Dignidad, bonita palabra en estos tiempos tan revueltos.

Archivado en Empleo, Historia, inmigrante, multicultural, oportunidades, sociedad
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