Para alegría de muchos (entre los que me incluyo) se ha confirmado la esperada renovación de Orange is the New Black. El rotundo éxito de Netflix volverá a la pequeña pantalla el 6 de junio, una fecha poco usual para producciones televisivas pero que la misma Orange is the New Black ya utilizó la época estival para presentarse ante todo el mundo.
Miguel ya nos habló en Atlas Cultural de la serie de Jenji Kohan (creadora también de Weeds) y de todas sus bondades. Una serie que fue creciendo capítulo a capítulo convirtiéndose en una imprescindible del año pasado. Orange is the New Black no sólo parte de una idea original y atractiva (ambientada en una cárcel de mujeres y situando en ese escenario a una chica que no debería estar ahí), sino que va madurando durante su primera temporada y conformándose como una espectacular serie coral con personajes perfectamente definidos.
Aunque el inicio nos recuerda al que tuvo Weeds (idea original, personajes atractivos, giros inesperados y nada gratuitos), esperemos que no sufra la misma recaída que tuvo la opera prima de Jenji Kohan y mantenga el nivel tan alto que por ahora nos ha brindado: Orange is the New Black tiene las cualidades suficientes para poder conseguirlo.
Con Orange is the new black, Netflix vuelve a situar a una serie entre las más populares y valoradas. Ya lo ha conseguido con House of Cards (una de las mejores series del 2013) y la renovación de Orange is the New Black es otra buena noticia para la empresa californiana dedicada en sus orígenes al servicio de películas y series de televisión en streaming, que con su entrada a la producción de ficciones televisivas ha dado un paso de gigante.
Gracias a House of Cards, con la que consiguió llamar la atención e introducir en el proyecto a estrellas de cine del calibre de Kevin Spacey, Robin Wright y mi adorado David Fincher, se reservó un sillón en los premios más importantes de televisión. Orange is the New Black es la otra mitad de Netflix como productora de obras de ficción. Dos series que han dado que hablar, casi siempre para bien, y que continuarán haciéndolo, deseamos, por mucho tiempo. Nunca habríamos imaginado que ansiáramos tanto volver a prisión.
