El cine ha evolucionado una barbaridad desde aquellos tiempo en los que, en los cines, un pianista tocaba para acompañar a la acción de la pantalla. Por eso quizás cuando lanzamos la vista atrás y vemos alguna obra audiovisual anterior a nuestro tiempo como espectador, nos resulta extraña a veces hasta poco atractiva. Es difícil que ante nuestra mirada moderna nos impacte de igual modo, una película o cortometraje de hace ya unos años, al igual que nos ocurre cuando miramos un álbum de fotos y nos vemos a nosotros mismos con un peinado a la moda de aquel entonces, siempre viene a nuestra mente la pregunta ¿cómo se me ocurriría ir con esta pinta?
Pues con el cortometraje que hoy os traigo yo tuve un poco esa sensación, me pregunté ¿Cómo es posible que le dieran un Oscar a este? Pues continuando mi repaso por los cortometrajes de animación galardonados con este preciado premio del cine e continuado mi camino hacia atrás en el tiempo deteniéndome en el año 1992.
Veintidós años han pasado desde que saliera a la luz Mona Lisa descendiendo una escalera de Joan C. Gratz. Y viendo esta obra me doy cuenta de lo que ha cambiado la industria del cine. Aparentemente veintidós años no es tanto tiempo, a nivel de música seguimos escuchando canciones mucho más antiguas así que, porqué no podía gustarnos trabajos cinematográficos de tiempos pasados.
En el caso de la obra que hoy os traigo no es que me disguste, simplemente le falta historia, ya que hoy en día estamos acostumbrados a que los cortometrajes sean también algo más. No obstante, si os traigo esta obra es porque destaca entre el amplio listado de premiados a los Oscar por la técnica empleada para su realización.
Mona Lisa Descending a Staircase (título original de la obra) es básicamente una sucesión de cuadros de quizás los siete artistas más representativos del arte del siglo XX. Sin embargo, la transición entre estos esta realizada por medio de la técnica clay painting, la cual es una variante del stop motion que utiliza la plastilina como si se tratase de pintura. En este caso para llevar a cabo el conocido morphing, que consiste en usar una imagen fotográfica inicial que mediante animación asistida por ordenador logramos transformar en otra imagen. Esto se utiliza para realizar transformaciones, como por ejemplo de un hombre a lobo, de forma más realista.
El morphing aparecido por primera vez en el cine en 1988 en la película Willow, para representar los cambios de uno de los personajes de ser humano a animal. Se continuó perfeccionando la técnica y también podemos verlo en la tercera película del aventurero Indiana Jones (Indiana Jones y la última cruzada). Pero fue a principios de los noventa cuando realmente comienza la explotación de esta técnica, no solo en el cine sino también en los videoclip. Por ello el cortometraje que hoy os traigo es un perfecto ejemplo de esta técnica emergente en ese momento que sin duda esta perfectamente ejecutada en esta obra que podéis ver a continuación.
Cómo curiosidad final, os traigo el momento de la entrega de los Oscars de 1992, en que la encargada de presentar a los nominados no es otra más que Blancanieves, protagonista del primer largometraje de animación de Walt Disney.