La película que nunca hubiera permitido Steve “Jobs”

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Hoy se estrena el esperadísimo biopic de Steve Jobs. El fundador de Apple, esa empresa que causa fascinación y controversia a partes iguales. Una religión con millones de fervorosos parroquianos. Nosotros ya hemos pasado por caja, y queremos contarte a qué sabe este bombón. Soy un incondicional del chocolate. No así de esta historia, lo reconozco. La película dirigida por Joshua Michael Stern e interpretada por Ashton Kutcher defraudará a los cinéfilos que habían puesto aquí sus expectativas. Y si Jobs levantara la cabeza, puede que sus responsables tuvieran que meterla bajo tierra…

Ashton Kutcher

Mientras escribo estas líneas estoy merendando… una manzana. Mi pecado es que no soy original. Y me he propuesto terminar la crítica antes que la fruta. No será difícil. Lo siento amigos, Steve Jobs no era santo de mi devoción antes de que me permitieran entrar en la pantalla desgarrando la tela donde se proyectaba la cinta, y al salir, sigo en mis trece, este dios no es para mí, no me compraré un iPhone. Ni 5s, ni 5c, ni gaitas en vinagre.

Cartel Apple

Jobs es a La red social lo que el iPed a un iPad. La película que le brindaron a Mark Zuckerberg, el creador de Facebook, tenía a Aaron Sorkin de guionista y para ésta, contrataron a Matt Whiteley. Está todo dicho, ¿no? Joshua Michael Stern se sienta detrás de la cámara, pero las burbujas de su copa de champán no se ordenan para formar el nombre de David Fincher.

He aquí un director que ha puesto mucho empeño en la belleza de cada plano, en la estética fija, en la dirección de fotografía, y que no se ha preocupado nada por hilar la historia, un director que nos vuelve tarumbas con planos distintos cada segundo, cortes sin sentido en cada escena, intentando a la desesperada, darle ritmo a la narración. ¡Plas, plas, plas! ¡Quieto! ¿No ves que ése no es el camino? ¡No eres Oliver Stone!

Supongo que es normal que ya no se hagan biopics de Gandhi, Malcom X, Mozart, Truman Capote, Jim Morrison o Mohammed Ali. El personaje que inspira a las multitudes hoy en día, es este hombre al que Ashton Kutcher caricaturiza sin reparo. Imita todos sus gestos y su habla. Hasta sus ridículos andares. Como un velociraptor en la cocina de Jurassic Park. Creo que aún le tengo ojeriza por “sustituir” a Charlie Sheen en Dos hombres y medio. Puede ser. En esta lentejuela, sin embargo, es un emprendedor que revolucionó el mundo de la tecnología… ¡el gran Steve Jobs! Un tipo con barbita al que yo nunca podré llamar genio sin mostrar mi mejor sonrisa venenosa. Será ignorancia.

Lo que está claro, es que el legendario CEO de Apple era un aglutinador, un visionario tecnológico, un gran capitán sin escrúpulos, que no dudaba en poner de patitas en la calle a sus colegas. Un perfeccionista. Por eso, jamás hubiera permitido esta película. Y no lo digo porque me guste morder manzanas o porque Steve Wozniak se tronche cuando un espectador como tú o yo, piensan que esta historia es fiel a la realidad, eso me da igual, ésa no es mi crítica. No me duele la mentira, me apena la mediocridad. Jobs no es brillante, ni en diseño ni en software, es un biopic más, una película que mata neuronas. Han imitado los recursos del cine más trillado.

Amigos

Acompañando a Ashton, disponemos de un reparto de secundarios muy solventes que habrán costado un ojo de la cara. Dermont Mulroney (interpretando al primer gran inversor de Apple), Lukas Haas, como Daniel Kottke, viejo amigo de la universidad, Matthew Modine, el mejor vendedor del mundo, J. K. Simmons como Arthur Rock, James Woods, como profesor de la universidad, y Josh Gad. El talento en la sombra de Jobs. Quizás, el que más se luce en pantalla.

El último mordisco a la manzana coincide con mi última idea. Y un bostezo. Creo que voy a alquilar Los Piratas de Sillycon Valley para comparar. No sé, imagino que la vida de Steve Jobs daba para más. Este guion pretendía ser profundo, pero se queda en retrato superficial. Cada vez que nuestro amigo tenía un problema, salía pitando con su coche de alta gama, gritando como un viejo dinosaurio. Intuyo que a los fans de los de Cupertino se les habrá puesto la carne de gallina en más de una ocasión durante los 128 minutos que dura y dura este cansino mausoleo de celuloide, pero si me preguntan a mí, diré que no me ha emocionado nada de lo que han rodado. Que sí hay buen cine en Jobs, pero escondido en los anuncios históricos de Apple. ¡Ah! Siempre es un placer escuchar a Bob Dylan o a Cat Stevens…

Bien, ya has visto el tráiler, ahora en serio, no pierdas el tiempo. Si tienes la cara de Jobs dibujada en tu camiseta preferida, escucha este discurso y olvida la película:

Aprovecha el día.

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,

sin haber sido feliz, sin haber alimentado tus sueños.

No te dejes vencer por el desaliento.

No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,

que es casi un deber.

No abandones las ansias de hacer de tu vida algo

extraordinario.

No dejes de creer que las palabras

y las poesías, sí pueden cambiar el mundo.

Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.

Somos seres llenos de pasión.

La vida es desierto y es oasis.

Nos derriba, nos lastima, nos enseña,

nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.


Aunque el viento sople en contra,

la poderosa obra continúa:

Tú puedes aportar una estrofa.

No dejes nunca de soñar,

porque sólo en sueños puede ser libre el Hombre.

No caigas en el peor de los errores:

el silencio.

La mayoría vive en un silencio espantoso.

No te resignes, huye…

”Emito mis alaridos por los tejados

de este mundo”, dice el poeta.

Valora la belleza de las cosas simples.

Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,

No traiciones tus creencias.

porque no podemos remar en contra de nosotros mismos:

Eso transforma la vida en un infierno.

Disfruta del pánico que te provoca

tener la vida por delante.

Vívela intensamente, sin mediocridad.

Piensa que en ti está el futuro

y encara la tarea con orgullo y sin miedo.

Aprende de quienes puedan enseñarte.

Las experiencias de quienes nos precedieron,

de nuestros “Poetas Muertos”,

te ayudan a caminar por la vida.

La sociedad de hoy somos nosotros:

Los “Poetas Vivos”.

No permitas que la vida te pase a ti

sin que la vivas…

                                                       Walt Whitman, “Carpe Diem”
Archivado en Apple, Ashton Kutcher, Cine, Crítica, Jobs, Opinión, Steve Jobs
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