La Inquisición no terminó cuando debía

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Auto de fe de la Inquisición, Francisco de Goya, 1812-1819 Francisco de Goya, 1812-1819

Grande hereje es ese maestro, y no parece sino que el diablo hable dentro de su cuerpo. Figúrate, hermano Antonio, que en todos los tonos y con la firmeza del que asegura una verdad indiscutible, afirma que la Santísima Trinidad es una farsa, que la misa es un sainete, que todas las religiones son falsas y malas, que el hombre no debe creer otra cosa que en su propia razón y no sé cuántos disparates más…

Texto de La araña negra de Vicente Blasco Ibáñez.

Cayetano Ripoll, o más conocido como el maestro Ripoll, maestro nacido en Solsona en 1778 que vivió en Francia se instaló finalmente en el humilde barrio de Ruzafa. Ripoll se convirtió en el último ejecutado por la Inquisición Española aun cuando se suponía que no existía, por sus creencias deístas. La Inquisición se abole definitivamente con Fernando VII en 1820 periodo en el que se restablece de la Constitución de 1812. Pero la Iglesia no estaba muy de acuerdo con suprimir la Santa Inquisición así que crea lo que se llamó las Juntas de Fe, es decir, mismo perro con distintos collares, fue un tribunal eclesiástico católico que intentaba sustituir en funciones a la Inquisición.

Valencia no podía permitir que un maestro comiera carne en Viernes Santo ni que no saliera de casa al paso de la procesión en una época en la que España avanza hacia el liberalismo, en la que se aprueba la Constitución de Cádiz con avances como la igualdad jurídica, la libertad de prensa, se abole la Inquisición, se establece sufragio indirecto o se establece la división de poderes. Tras el siglo de la Ilustración y de la razón aún había en España absolutistas que no podían soportar que se les escapara el poder en manos del pueblo y que consiguen restablecer por unos años la monarquía absolutista con Fernando VII.

Es en esta época de inestabilidad política en la que la Junta de Fe valenciana decide condenar al maestro Ripoll por herejía. Fue detenido en 1824 y estuvo dos años preso hasta que fue condenado, años en los que se habla de un comportamiento ejemplar del maestro en la prisión, animando a los presos o despojándose de sus ropas para abrigar a sus compañeros de celda. Según varias teorías su cuerpo fue ahorcado en 1826 en la plaza del mercado y metido en una especie de baúl pintado con llamas en clara alusión a la hoguera que no se atrevieron a hacer los miembros de la Junta de Fe y fue enterrado en la parte exterior del cementerio. Esta ejecución supone un escándalo a nivel europeo, en pleno siglo XIX aún la Iglesia tenía el suficiente poder en España como para ordenar la muerte de un maestro.

Fuente: Cayetano Ripoll y la Iglesia Valenciana Reportaje de Avall Associació Valenciana d’Ateus i Lliurepensadors.

Archivado en Inquisición, Maestro Ripoll, Ruzafa, Valencia
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