Cuando mis hijos vieron en DVD la película Coraline, basada en una novela de Neil Gaiman, sintieron tanto miedo que tuvimos que esconder el DVD pues la sola presencia de su carátula vacía les daba escalofríos y hacía que se apartaran haciendo aspavientos y chillando: “¡Nooo, Coraline!”
A los niños les da miedo lo que desean. Temen, como quizá tememos también los adultos ya de una forma más consciente, que sus deseos se hagan realidad y que esa realidad les desborde o les abrume, que esa realidad se los trague.
De modo que si una historia de miedo es una representación de un deseo que lleva a una situación de peligro que da horror, Coraline es ejemplar. Una niña normal, que sufre de las mismas frustraciones y carencias de cualquier niño de ahora, ignorado mil veces por padres que trabajan y están demasiado ocupados como para prestarles atención, se descubre en una casa muy parecida a la suya, a la que accede por una portezuela de una habitación deshabitada.
La casa es una versión rica y brillante de la suya, sus padres parecidos a los suyos pero con los atributos que ella les hubiera añadido a su antojo: cocinan muy bien, son muy atentos, ricos, elegantes, tienen una casa limpísima y decorada a la perfección. Lo horrible de la historia se comienza a atisbar cuando nos damos cuenta, a través de Coraline, de que estos padres modelo no tienen en la cara ojos normales sino botones cosidos en sus cuencas.
La última novela publicada por Neil Gaiman Fortunately the milk (Afortunadamente la leche) narra la historia de un padre al que secuestran unos extraterrestres cuando había salido a comprar leche para sus hijos. Se está preparando una lectura en directo de esta novela. Un acto en el que el dibujante de la primera edición del libro, Chris Riddell, que es un ilustrador ya casi tan famoso como Quentin Blake que solía ilustrar los libros de Roald Dahl, dibujará en directo. El acto tendrá lugar en el Central Hall de Westminster el 15 de octubre a las 19.30. Todas las entradas están agotadas.
En la cumbre de su fama (es tan famoso que un avatar suyo aparece como artista invitado en un episodio de Los Simpson) Neil Gaiman ha elegido presentar su novela en directo, proporcionarla a los niños contada en voz alta, como se deben de leer los cuentos. El acto está patrocinado por Time Out, la guía del ocio de Londres y la prestigiosa cadena de librerías Foyles. Allí estaré para comprobar los rumores de que la historia emociona más a los padres que a los hijos y ya os contaré.