Lo primero que nos llama la atención al coger en nuestras manos La historia interminable es su cuidado acabado interior: textos en tinta roja y verde que separan dos niveles de ficción haciendo que el primer nivel contenga al segundo (el propio libro contiene otro libro titulado también “La historia interminable”) y que ambos acaben confluyendo en una única historia que se va entrelazando a lo largo de la trama hasta llegar a fundirse por completo.
Rebosante de imaginación y simbolismo, más allá de la increíblemente bien hilada historia de aventuras, este libro contiene mensajes profundos e inspiradores que afloran cuando el lector rasca un poco en la superficie. Estas incursiones filosóficas relacionadas con la amistad, el miedo a la nada y la desaparición total, la capacidad de corrupción que el poder ejerce sobre las personas o la naturaleza ambivalente del olvido (curativo por un lado y destructivo en ocasiones) elevan a La historia interminable a una dimensión que nada tiene que ver con lo que cabría esperar de una obra enfocada al público juvenil y que puede ser disfrutada prácticamente a cualquier edad al igual que ocurre con otras obras de Ende como Momo
Toda la obra es una inmensa oda a la creatividad humana, empezando por el nombre elegido por Ende para el escenario en que se desarrolla la trama (Fantasía) y terminando en la enorme biblioteca de Amarganz que contiene todas las historias (pasadas y futuras) ideadas por uno de los protagonistas (Bastián). Esta características indisoluble de la esencia humana es honrada desde el inicio de la novela y constituye la clave para salvar el mundo de Fantasía.
La historia interminable se convirtió en un éxito de ventas y crítica desde el momento de su aparición y este éxito propició su adaptación cinematográfica, adaptación que disgustó tan profundamente a Ende que éste renegó de ella durante el resto de su vida.
Un libro único con tantas vidas como quiera darle su lector. Un clásico moderno que ha conseguido enseñar el camino hacia la fantasía a niños de todas la edades.
Gran artículo. Me ha transportado a mi niñez, fue un libro y una película que marcaron a una generación. Estuve tiempo soñando que volaba con el dragón blanco “Fuyu”..
¡Sin duda alguna un libro básico con el que dejar volar la imaginación! Es uno de mis preferidos, ¿se nota?
Felicidades Miguel!
Aún guardo como paño en oro la edición de Alfaguara. Acostumbrado de niño a las cortas novelas que me mandaban leer de esa editorial me impresionó su edición con cubierta y tantas páginas. Me maravilló el doble color con el que fue escrita y me encantaron las “minihistorias” que se relataban paralelamente a la original. Uno de los primeros libros que me atrapó y leí sin que me obligaran en la escuela.