Hubo un tiempo en el que España vendía su patrimonio artístico. Un tiempo en el que todo valía y todo tenía un precio, se compraba el silencio, se especulaba con el arte y exportábamos el país entero, nuestros bienes más preciados. Un retablo, un cuadro, un convento, un claustro pieza a pieza para volver a montarlo en cualquier lugar remoto. Era la España ignorante y bajo la dictadura de Miguel Primo de Rivera.
Dando un salto en el tiempo hasta la actualidad, la normativa sobre patrimonio está fundamentada en la siguiente legislación estatal:
- CONSTITUCIÓN DE 1978, cuyo artículo 46 establece que los PODERES PÚBLICOS garantizarán la conservación y promoverán el enriquecimiento del patrimonio histórico, cultural y artístico de los pueblos de España y de los bienes que lo integran, cualquiera que sea su régimen jurídico y su titularidad. La ley penal sancionará los atentados contra éste.
Hasta aquí todo correcto, si no fuera por que todavía de vez en cuando retrocedemos en el tiempo y desaparecen obras de arte como si nada, como la de Los Mojosos de Costu. Esta obra pertenecía a la fundación gaditana del carnaval, eran seis piezas de Costus, los pintores de “La Movida”, que pertenecían a una serie sobre la gran fiesta gaditana fechada en 1986.
Los títulos de estas obras estaban relacionados con los nombres de diversas agrupaciones: “Los pipiolos”, “Viaje al centro de la mierda”, “Los leones de Correos”, “Pasión carnavalera”, “Los burros de l clase”, “Las canteras”… pero faltaba una, Los Mojosos
Este misterio empezó el 22 de enero de 2007, cuando el escritor Javier Osuna revisaba el Archivo Histórico Municipal mientras investigaba sobre el Tío de la Tiza.
Todas estas obras habían sido pintadas por Enrique Naya en 1986, se trataban de los carteles de los congresos del carnaval que se celebraban en la ciudad.
Osuna denunció la desaparición del cuadro y desde entonces sólo ha recibido silencio por parte del Ayuntamiento. El equipo de gobierno sólo se ha pronunciado alegando que hay una comisión de investigación encargada del caso.
El escritor, indignado y tratando de esclarecer esta curiosa desaparición, fue apoyado por un colectivo de escritores y pintores gaditanos, que organizaron hasta una exposición protesta con el título Los Mojosos quieren volver a casa, 25 artistas reinterpretaron la obra perdida; Alberto Bermúdez, Amalia Quirós, Benítez Gabriel, Candi Garbarino, Diego Vera, Emilio Santander, Eva Arango, Guillermo Márquez, Iñaki Blanco, Jasama Masaja, José Alberto López, José Díaz Cardero, Juan Candón, Juan Fernández Caamaño, Kiki, Lo Herrera, Lolo Pavón, Lolo Tirado, Mel, Migita Dakota, Patricia Garzón, Pepe Marchena, Pilar Aixado y Thomas Vegas se suman al propio Javier Osuna.
Esta plataforma buscó en su día el apoyo de la ciudadanía y una respuesta clara del Ayuntamiento acerca del paradero del cuadro. Todo esto no quedó ahí, se montó una página web, la cual al no poder mantener han tenido que cerrar y se están planteando en la actualidad pasar la información a un blog.
Recientemente navegan por las redes sociales en busca de apoyos para que aparezca la obra pictórica. Si queréis apoyar esta iniciativa podéis convertiros en seguidores en Twitter: @Losmojosos
Cuadro de Costus desaparecido ante el equipo de gobierno del ayuntamiento de Cádiz. Soy un bien público y quiero volver a casa. ¿Me ayudas? ¡Sígueme! Cádiz.
Osuna, el escritor que destapó la desaparición, sigue luchando para tratar de resolver este misterio y es el que se puso en contacto con Atlas Cultural para que difundiéramos la noticia.
Se han producido comportamientos un tanto extraños en este caso. Algunas sospechas son hechos, y así nos los revela Osuna, para que no queden en el olvido:
Resulta contradictorio, que el Ayuntamiento haya nombrado a Enrique Naya y a Juan Carrero, Costus (realizadores de la obra), “Hijos Predilectos de la Ciudad de Cádiz” e incluso haya comprado su colección El Valle de los Caídos y no mueva cielo y tierra para desentrañar este curioso misterio.
Osuna tiene sus propias sospechas acerca del paradero de la obra, cuya pista se pierde en el año 1998.
Tengo cierta información que indica que las pinturas salían de allí cuando se iban a utilizar para ilustrar las portadas de las actas y se llevaban a la imprenta, lo cual me parece una mala praxis. Jiménez-Mena, la imprenta que trabajaba para el Consistorio, certificó en su día que la obra no estaba en su poder. Ahí es donde el rastro se pierde. Sinceramente, no sé qué pudo pasar, pero creo que tuvo su buena dosis de negligencia.
Parece mentira que en la actualidad sucedan cosas de tal calado como si nada. Una pérdida de una obra de arte, de un bien público. Sin ningún tipo de explicación ni consecuencia. Esperemos que esta plataforma dé sus frutos y que no cedan en su empeño por recuperar el cuadro.
¿El patrimonio artístico español está a salvo? ¿Tenemos una legislación adecuada y actualizada, para proteger nuestro legado? ¿Conoces algún caso similar?