“Pep Guardiola. Otra manera de ganar”… y de perder

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El niño de Santpedor se hizo hombre y formó uno de los mejores equipos de la historia del deporte. Si no, el mejor. Unos chicos capaces de emocionar con un juego nunca antes visto. Un peldaño más en la escalera del “jogo bonito”. Algunos plumillas dijeron que lo que salía de esas botas manchadas era arte, que podrías sentir las mismas sensaciones que viendo un Picasso, una ópera de Verdi o “El lago de los cisnes” de Piotr Ilich Chaikovski. No lo sé. Yo solo puedo reconocer que caí rendido ante la belleza y los triunfos del Pep Team, y que estaré eternamente agradecido. Tanto elogio es el preludio de los nubarrones en los comentarios, lo sé. Mourinho está acariciando un gato…

Guardiola

Asomas la nariz por la ventana y dejas que te roce esa brisilla mañanera. Cierras los ojos un segundo, complacido. Tu conciencia es una pluma que cae lánguidamente al pozo que vimos en El espíritu de la colmena. Bueno… en realidad estás plantado como un árbol, apoyado en la repisa, con la mirada perdida en el horizonte de montañas verdes. Suena Oasis, pero hace un rato que no escuchas nada. Estás saturado, eres un zombi en pijama. Tus pensamientos son raíces que se enmarañan como las cláusulas del contrato de un seguro, se anudan como amantes en la cama, se intrincan como el laberinto de El resplandor, se tropiezan como fichas de dominó. Ufff… casi me quedo sin aire.

Necesitarías un machete para podar esa selva, necesitas una idea que ponga en orden ese caos. Hasta que una paloma que vuela sobre tu cabeza, suelta una bomba que no lleva pegada una foto con la cara de Rita Hayworth. Silbas incauto. El impacto podría haber desviado el tabique nasal, pero gracias a Dios, no hay daños graves. Te ha despertado justo cuando iba a encenderse la bombilla. Te limpias con un Kleenex y ves de soslayo un gorrión que se ha posado en una maceta del vecino. Te mira saltarín. Se parece a tu padre. Se ríe. Qué marrón. Perdón, qué mamón.

Biografía Pep

Eres inseguro e inculto. Te gustaría haber leído cada una de las palabras que custodia la Biblioteca Nacional de España, e incluso las que se perdieron en la biblioteca de Alejandría, para así dejar atrás tu simpleza, para poder hilar dos ideas en una frase, pero si echas un vistazo alrededor, solo tienes a mano el Marca; que duerme sobre la almohada blanca. Un periódico intelectual y grosero. El balón rueda en tu vida, aunque hace tiempo que no le des patadas porque el fútbol te dejó por malos tratos.

De pronto, esa brisa se convierte en viento, y el viento en ventisca. Otro día gris. Habrá que cerrar la ventana, te dices. Das un paso atrás, y justo en ese instante, el gorrión aparece de la nada a toda velocidad, te da tiempo a ver el pardo plumaje del lomo, con manchas negras y rojizas… desaparece otra vez. Un parpadeo. Porque ahora se eleva como un géiser… ¿qué le cuelga del pico? ¡Un paquete! ¿Qué es esto? No te da tiempo a reaccionar, demuestras por qué no juegas de portero en la selección española. El pajarito arroja el paquete en el suelo de la habitación y emprende un vuelo potente y directo hacia el infinito, se pierde entre las nubes. ¡Adiós! Yo cierro la ventana. Incrédulo. Con el pelo revuelto y el alma en pena. Es mi segundo regalo del día y aún no he salido de estas cuatro paredes.

Desgarro el papel que envuelve el obsequio y no tardo en comprobar que es un libro. Vaya… va a sonar raro, pero este hombre me ha dado momentos de gran felicidad. Pep Guardiola. Su cara y su nombre. Otra manera de ganar. La biografía de Guillém Balagué, un éxito de ventas. Miro a través del cristal de la ventana, de rodillas, buscando al maldito gorrión con la vista. Gracias. El respetado periodista describe los cuatro años más increíbles del Barça y del técnico catalán mediante conversaciones con el propio Pep y su entorno. Desde David Trueba a Mascherano, pasando por Evarist Murtra, Valdano o Bielsa. El prólogo recoge las frases que le dedica Sir Alex Ferguson, el entrenador del United, los red devils, que más tarde nos comenta también las dos finales de Champions que disputaron. Un admirador declarado del 4 más elegante, el mejor cerebro que ha salido de la Masía.

Otra manera de ganar

Señores, buenos días. Pueden imaginar la gran motivación que es para mí estar aquí, entrenar a este equipo. Es el máximo honor. Por encima de todo, amo este club. Y nunca tomaré una decisión que perjudique o vaya en contra del club. Todo lo que voy a hacer se basa en mi amor por el Barcelona. Necesitamos y queremos orden y disciplina.

Así empezó su ya histórica charla en Saint Andrews durante la pretemporada del año 2008. Su carta de presentación ante la plantilla. A partir de ese día, todo iba a cambiar en Can Barça. Una ráfaga de aire fresco, que despojó a los aficionados blaugranas de las ropas viejas, los complejos, las envidias y las frustraciones.

¿Es un libro para adictos y amantes de la literatura? Mmmm… no. No es Eduardo Galeano, ni Fontanarrosa, ni José Antonio Martín “Petón”. Tampoco se parece a Paul Auster o a Don DeLillo hablando de béisbol. Y sin embargo, encontrarás ideas que pueden aprovecharse, reflexiones enriquecedoras, explicaciones que jamás se escucharon en una rueda de prensa. Guillem Balagué es un gran periodista deportivo, y como tal escribe. Conciso. Profesional. Perfecto para rememorar las crónicas de los partidos que dejaron huella, para entrevistar a los personajes que han convivido con Pep estos años, para documentarse. Puede que ahora no valoremos este libro en su justa medida, pero dentro de 30 años será un esencial de cualquier biblioteca deportiva.

Otra manera de ganar pinta un cuadro con los trazos y la ilusión de un niño nacido en Santpedor que años después, se despide del Camp Nou aclamado como técnico del Barcelona.

Una figura paternal para otros, un mesías para muchos. Un ejemplo de comportamiento, una lección de liderazgo, un modelo social, una política, el marido ideal, el novio soñado, el amigo de las cañas del sábado, un hombre bueno, sano, sereno, pasional y calmado a la vez o según lo que requería el momento.

Ese amor desmedido de la afición es una piedra atada al pie, que te arrastra al fondo, que no te deja nadar, y que no agradaba a Pep. No importa, hay que vivir con esa presión, aunque sepas que te pasará factura… incluso físicamente. Este Barça está considerado por algunos, el mejor equipo de la historia, otros simplemente, lo desprecian por aburrido con los mismos argumentos con los que podrías burlarte de un Van Gogh. Lo que es evidente, es que su influencia es y será enorme en este juego de bárbaros; que aspiran a ser gente civilizada. No obstante, no solo se estudian sus movimientos tácticos, su atracción va más allá, también interesa su gestión de vestuario. Su mensaje y su filosofía, por ejemplo, han llegado al mundo de los negocios y a la gestión empresarial. Pep ha dado charlas por el mundo que han creado una gran expectación…

Otra manera de ganar

Obviamente, el libro estaría incompleto sin José Mourinho y la insoportable tensión que se generó en los clásicos. Durante las últimas dos temporadas convivieron en la liga dos monstruos con puntos de vista futbolísticos y hasta humanos antagónicos. El luso le buscó las cosquillas y no podía faltar, pero entre estas páginas también encontrarás a Ibrahimovic, Ronaldinho, Etoo, Abidal, Xavi e Iniesta… Los culés, los futboleros, disfrutarán como enanos leyendo las anécdotas de Messi, de Cesc, Puyi o Piqué, las intimidades del vestuario, las charlas y arengas prepartido, y entenderán el porqué de algunas decisiones inexplicables. Por qué Leo tenía que jugar siempre, por ejemplo.

Si hoy perdemos, todavía seremos el mejor equipo del mundo. Si ganamos, seremos eternos.

Seguramente querrás lapidarme por los primeros párrafos de este artículo, crees con razón, que es una tontería, que la fantasía y los milagros no existen. Yo pensaba lo mismo hasta que vi jugar al equipo de Pep. Que los milagros se acababan cuando cerrabas la Biblia. Yo, pecador. Y sin embargo…

¡Eureka! Cayó la manzana en la cocorota de muchos escépticos. Desde que Pep se anudó correctamente la corbata en el banquillo del primer equipo y estos chicos sacaron de centro suavemente, ya nunca más tuve que discutir con los amigos “más sensatos” si prefiero “jugar bien” o ganar. El romanticismo se volvió pragmático. El mejor jugador del mundo corría como un defensa del Eibar. Los días grises se escondían, las sombras mañaneras cogían vacaciones, el talento era el dedo que nos guiaba. El Barça de Guardiola entró en la leyenda para mirar a los ojos a Los Lakers de Magic y sentarse en el mismo palco que los Bulls de Jordan, el Brasil del 70, El Real Madrid de Di Stéfano, el Milan de los tulipanes de Sacchi, la Hungría de Puskas, los caballeros de la angustia de River, el Dream Team de USA 92…

Archivado en Barça, Biografía, FC Barcelona, Guillem Balagué, Libro, Pep Guardiola
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