Joseph Mallord William Turner (1775-1851) ha sido uno de los artistas más influyentes dentro de la Historia del Arte británico, casi nada. Quizá esta afirmación suene un tanto exagerada pero tanto es así que incluso el premio más importante dentro del arte actual del Reino Unido lleva su nombre, el Turner Prize.
Su trabajo fue muy valorado por la aristocracia del momento, hizo fortuna vendiendo sus paisajes él mismo en su propia galería. Sus pinturas siguieron una línea academicista, con gran calidad, perspectiva y dibujo previo, lo que gustaba mucho en la época, claro está. Pero la obra de Turner no solo ha sido relevante por su composición académica sino también por desviarse, paralelamente de ella. A partir de 1830, un espíritu romántico e inquieto invadió otra parte de su trabajo y eso ya no se entendió tanto en su momento.
Turner realizó investigaciones sobre el color, sobre lo sublime, sobre el poder de la naturaleza, los fenómenos meteorológicos, el fuego y sobre la velocidad, como buen hijo de la Revolución Industrial. Ya al final de su vida sus cuadros evolucionan hacia casi una total abstracción, con un fuerte interés por el color y la luz, lo que se consideró como la decadencia de su trabajo.
Esas obras que causaron controversia las podemos ver a partir del 10 de septiembre en la Tate Britain de Londres. Se trata de una exposición que muestra toda la energía de las dos últimas décadas de Turner, su imaginación, su inquietud, su ambición y la emoción que causaba en él la naturaleza. Obras que no supieron ser comprendidas y que incluso, llegaron a estar en los almacenes de la National Gallery castigadas.
Hasta el 25 de enero de 2015 se podrá visitar esta exposición en Londres llamada The EY Exhibition: late Turner – Painting Set Free, haciendo alusión a la liberación de esas pinturas incomprendidas. Comisariada por Sam Smiles, David Blayney y Amy Concannon.
Hoy, por fin, la obra de Turner, de ese personaje solitario, extraño a los ojos de sus contemporáneos, viajero, inquieto y poeta, está totalmente reconocida.