Queramos o no, los extrovertidos tienen la fama de triunfar más que los introvertidos. Además, hasta en los últimos años, con la llegada de series de televisión y películas como The Big Bang Theory, Chuck o Las ventajas de ser un marginado, nos han acostumbrado a pensar que ser sociable, tener muchos amigos y estar siempre dispuesto a hablar con todo el mundo es simplemente mejor que mantenerse algo alejado de la vida social y preferir no ser el centro de atención.
Sin embargo, la historia nos cuenta que los introvertidos a menudo llegan a ser conocidos, no tanto por sus habilidades sociales sino por hacer grandes descubrimientos y determinar enormes cambios. Entre ellos te recuerdo a Gandhi, Al Gore, Mark Zuckerberg, Bill Gates, Picasso o Albert Einstein. Estoy segura de que no hace falta presentártelos ya que son personajes conocidos por cualquiera con un mínimo de cultura.
A continuación voy a enumerarte los diez mitos más conocidos sobre las personas introvertidas y no dudaré en cambiar la mala reputación que tienen:
A los introvertidos no les gusta hablar. Verdaderamente falso. Los introvertidos simplemente no se expresan tanto como los extrovertidos, pero tienen sus temas preferidos que les hace comunicarse más de lo que pensamos. Sin embargo no les gusta hablar por hablar, son más prácticos ya que se sienten responsables por sus palabras.
Los introvertidos son tímidos. Ser tímido no tiene nada que ver con ser introvertido. La gente no les da miedo, simplemente necesitan una razón para reaccionar. No son los que buscan conversación en todas partes, pero si se les habla son los que contestan y te aportan ideas que las tienen ya pensadas la mayoría de las veces.
Los introvertidos son maleducados. Y por maleducados entendemos directos o demasiado francos. La verdad es que francamente no les gusta hacer la pelota. Son honestos y sinceros y por eso se sienten incómodos cuando tienen que hacer lo contrario para gustar a la gente.
A los introvertidos no le gusta la gente. Al contrario, los introvertidos aprecian a sus conocidos, especialmente a sus amigos. Sus círculos de amigos raramente pasan de unos cinco, pero si tienes la suerte de ser uno de sus amigos podrás siempre contar con su lealtad. Sus amigos suelen ser personas honestas y no superficiales, interesantes y apasionadas.
A los introvertidos no les gusta salir. Incorrecto, lo que no les gusta es perder el tiempo. Prefieren mantenerse alejados de las complicaciones de las actividades públicas. Asimilan información y experiencia con mayor facilidad y por esa razón no pasan tanto tiempo fuera de casa para entender cómo funcionan las cosas. De hecho, prefieren retirarse –es como recargan sus fuerzas– y reflexionar en la intimidad.
Los introvertidos siempre quieren estar solos. Se sienten muy cómodos a solas con sus pensamientos, eso sí, meditan bastante. Les gusta encontrar soluciones, resolver problemas, pero se sienten solos si no tienen con quien compartir sus descubrimientos. Disfrutan conectando y teniendo gente con la que puedan conversar, pero no con muchos a la vez, ya que no quieren que la información pase desapercibida.
Los introvertidos son raros. A menudo son individualistas y no siguen a la multitud. Les gusta que se les reconozca por su forma original de vivir. Piensan por sí solos y por eso a veces van en contra de algunas normas. No toman sus decisiones según indica la moda o las tendencias.
Los introvertidos son unos geeks distantes. No se trata de apartarse, se trata de encontrar estímulos en pensamientos y emociones. Prestan atención a lo que les rodea, pero su mundo interior y personal les resulta atractivo y les recompensa.
Los introvertidos no saben divertirse. Que no salgan de fiesta y que no les guste bailar o emborracharse no significa que no saben divertirse. Su definición de diversión casi siempre tiene que ver con relajarse, disfrutar de paseos, de la naturaleza en sí o con viajar. El ruido de los sitios cerrados los apaga. Sus cerebros son demasiado sensibles al neurotransmisor llamado dopamina. Los estudios científicos muestran que los introvertidos y los extrovertidos tienen diferentes vías neurológicas dominantes.
Los introvertidos se pueden “curar” y convertirse en extrovertidos. Los introvertidos no se pueden “curar” ya que ser introvertido no es una enfermedad, sino una forma de ser. Es un temperamento distinto con cualidades que aportan muchísimo a la humanidad. De hecho, un estudio hecho en 1986 por Silverman demuestra que las personas introvertidas tienden a ser las personas con más coeficiente intelectual.
Personalmente me siento atraída por los introvertidos. Tienen ese toque personal que despierta la curiosidad y me hace preguntar: ¿qué estarán tramando tras ese silencio y esa mirada fijada en algo que no consigo ver a primera vista?
Y tú, ¿qué piensas?, ¿los ves unos aburridos que no saben disfrutar de la vida, o unas personas enigmáticas? ¿Te sientes identificado con este tipo de personas?, ¿te has sentido criticado por tu forma de ser?
Hola. Me he sentido muy identificada con éste artículo, ya que tanto desconocidos como conocidos me tachan con esos mitos.