Nos encontramos en el siglo XV, Florencia en su máximo esplendor. Pasear por sus calles era entrar en contacto con el bullicio de unas gentes en pleno Renacimiento. La ciudad en su apogeo veía como las familias de los Medici o los Sforza eran los impulsores de la profunda transformación social y física del mundo de entonces. Ellos fueron los mecenas de artistas como Da Vinci o Miguel Ángel, artistas que sin su apoyo habrían tenido serias dificultades que no éxito.
La palabra mecenas implica en un principio un desinterés por parte del patrocinador por obtener réditos económicos de su artista. Es más un interés social, de imagen y estatus que otro fin. Gracias a este apoyo, el artista puede desempeñar su profesión dignamente a nivel material aunque intelectualmente puede verse turbado por la influencia de su “jefe”.
Ejemplos tenemos muchos pero uno de los más conocidos es el de Miguel Ángel y la Capilla Sixtina bajo el papado de Julio II. Este episodio fue magistralmente llevado al cine tras la publicación de la novela de Irving Stone ‘La agonía y el éxtasis’. Para los que no recuerden la película, Charlton Heston encarnaba a Miguel Ángel y Rex Harrison a Julio II.
Con el boom del capitalismo y la consolidación de las multinacionales el mecenazgo pasó a otro nivel. Ahora son las marcas quienes apoyan a los artistas o deportistas. Sin la presencia de las marcas muchos tendrían que dedicarse a otras cosas. Este no tan nuevo formato de mecenazgo lo acapara todo, lo toca todo incluyendo actos públicos institucionales.
La cultura se ha democratizado, no es patrimonio de unos pocos. Cualquiera puede llegar a ser artista pero no cualquiera llega tan siquiera a publicar un libro o grabar un disco.
Entre tanta gama de propuestas, de proyectos, las relaciones públicas que puedas movilizar constituyen casi algo tan importante como el producto en sí. Tendría que ser al revés pensaréis pero solo tenéis que prestar un poco de atención a vuestro alrededor. En el mundo de la música se conocen muchos ejemplos de catastróficas aportaciones que llegaron al circo mediático gracias a “padrinos” o “madrinas”. Lo mismo ocurre en el mundo de la interpretación.
Hoy en día lo importante parece ser que “hablen de uno” siempre, aunque sea para mal. Estar en boca de la gente te garantiza unos minutos de fama. El crowdfunding es o era, todavía no se sabe, el presente del mecenazgo democrático. Empleo este término para entender que gracias a esta iniciativa todos, repito, todos, podemos llegar a cumplir nuestros sueños o por lo menos, acercarnos a él.
El micro mecenazgo consiste en la colaboración de personas anónimas que aportan una pequeña cantidad de dinero a cambio de una serie de recompensas que el promotor del proyecto necesitado de fondos, aporta.Un ejemplo. Quieres publicar un libro de imágenes de tu ciudad. Dicho libro cuesta editarlo en una tirada de quinientas unidades unos 3000 euros. Accedo a alguna de las plataformas de micro mecenazgo existentes como Verkami o Lanzanos.com. Una vez cuento con la aprobación del proyecto por parte de los responsables de dichas plataformas, expongo la idea a todo el mundo. Es decir, lo vendo.
Pensad lo siguiente. Cien personas que aporten 10 euros suponen una importante inyección. A cambio les puedes garantizar que sus nombres aparecerán en los créditos del libro, les puedes obsequiar con una dedicatoria o cualquier cosa que se te ocurra. La cuestión es que todos debemos sentirnos parte del proyecto. Esto es en principio el micro mecenazgo. Buscar el apoyo de cualquier ciudadano del mundo, no para hacernos ricos sino para poder alcanzar una meta que por nuestros medios resultaría una quimera. Sin embargo parece que el gobierno tiene pensado regularizar esto pues considera que existe demasiado vacío. Tal vez trabas, más trabas para la creación.
Os iré poniendo al día con respecto a las últimas noticias sobre este tema. No hay nada cerrado pero se auguran tempestades para los pobres soñadores. Mientras entrad en Verkami o Lanzanos.com. Hay muchas más ojo. Entrad y descubrir la cantidad de cosas interesantes, preciosas y únicas que gracias a vuestro apoyo se han logrado. Proyectos de todo tipo pero todos ellos con una finalidad común, soñar y hacernos soñar mientras pensamos.