Blue Jasmine: Woody Allen trágico

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Demoledora película de Woody Allen que tiene mucho más de tragedia que de comedia. La historia cuenta la relación temporal entre dos hermanastras que se unen en San Francisco cuando una de ellas se arruina tras llevar una vida de lujo en el Nueva York de la primera década del siglo XXI. Cate Blanchett borda un papel por el que casi seguro que le van a dar un óscar. Woody vuelve a su América natal tras sus no siempre fructíferas excursiones cinematográficas por el viejo continente europeo.

Cate Blanchett

A Woody Allen, que es ya septuagenario, le inspiran las grandes tradiciones culturales y filosóficas occidentales de los siglos XIX y XX: Freud, Marx, Nietzsche, Bergman, por mencionar sólo las fuentes más reconocibles. Pero quizá la inspiración más fructífera para este judío neoyorkino sea el mismo Nueva York, donde seguramente asistió a la producción de Broadway en la que Cate Blanchett interpretaba el papel de Blanche Dubois en la famosísima obra de Tennessee Williams Un tranvía llamado deseo.

Es de agradecer que Woody sepa tanto de los clásicos, pero lo es más que haya escogido como protagonista para su película Blue Jasmine a esta gran actriz inglesa. Sólo contemplar las sutilezas emocionales expresadas por el primer plano de la Blanchett interpretando a la protagonista Jasmine al final de la película, merece pagar el excesivo precio de una entrada de cine en Londres: doce libras. También es una suerte que no encontrara a una actriz americana para el papel de la hermana pobre de la protagonista y que tuviera que recurrir a la divertida Sally Hawkins, que también es británica.

Un Tranvía llamado deseo La historia, que tiene en su forma y en su fondo mucho de homenaje a la obra de Williams tan magistralmente llevada al cine por Elia Kazan, resulta también ser una reflexión, sin intención según declara Woody en una entrevista con Mark Lawson en Radio 2 de la BBC, sobre el tipo de personajes que han sido responsables de la crisis económica en la que estamos sumergidos. Sobre los comportamientos, los deseos, aspiraciones y delirios de grandeza que hicieron que muchos listos jugaran al casino con ahorros de miles de familias modestas. Woody insiste en que él solamente quería mostrar la tragedia del descenso social de su anti heroína, pero es difícil no establecer paralelismo entre Hal, el marido de Jasmine interpretado por Alec Baldwin, y un Bernie Madoff cualquiera .

Jasmine, pese a estar completamente arruinada, vuela en primera clase a San Francisco, a refugiarse en el apartamento modesto de Ginger, su hermanastra (las dos habían sido hijas adoptadas por sus padres y Jasmine, como la misma Ginger afirma resentida, tenía los mejores genes). Lo incómodo que resulta para las dos hermanas (la rica y la pobre) este arreglo de compartir un apartamento pequeño, lo artificial de la forzada relación, se pone de manifiesto de inmediato cuando se van de copas con el novio y un amigo de Ginger y las diferencias de clase y de maneras chirrían a todo volumen. Una no puede sino simpatizar con Jasmine, pese a su esnobismo y su doblez.

Lo que sigue después en el presente californiano y lo que se nos explica del pasado de Jasmine, cuando era miembro de la alta sociedad de Nueva York, no lo cuento pues no quiero arruinarle la película a quien vaya a ir a verla. El ritmo es muy rápido. Una siente vértigo al observar a Jasmine siempre al borde de sufrir un colapso. Todo sucede fatalmente en esta historia muy bien contada y llena de sorpresas y personajes secundarios muy interesantes. Quizá los diálogos no sean siempre del todo brillantes. Se nota que Woody ya no hace mucha vida social y los personajes a veces sueltan frases que creo que uno no oye estos días. Pero los grandes actores del reparto corrigen esta posible carencia de los diálogos. Al menos esta vez no me han hecho revolverme en mi asiento con rabia e indignación como cuando fui a ver la tópica y llena de estereotipos gastados de latin lovers pasados de rosca Vicky Cristina Barcelona.

Demoledora pues esta amarga película que tiene infinitamente más de trágico que de cómico. De Woody Allen es la famosa ecuación que establece que Comedia = Tragedia + Tiempo. Tendremos que ver si la tragedias en la que muchas personas están sumidas en estos días, y que son consecuencias de acciones de personas como el marido de Jasmine en la película, puede alguna vez ser contemplada con humor y hacernos reír. Ojalá que llegue pronto ese día y lo veamos.

Archivado en Comedia, Nietszche, San Francisco, Tragedia, Woody Allen
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