Els quatre gats fue un hostal inaugurado en la ciudad condal de Barcelona el 12 de junio de 1897. Se convirtió en uno de los núcleos principales del modernismo en la ciudad. Situado en un edificio modernista del arquitecto catalán Josep Puig i Cadafalch. El propietario del local era Pere Romeu.
Local de reunión, tertulias y cenas. Se organizaban exposiciones de arte, como las dos primeras individuales que realizó Pablo Picasso. Veladas literarias, musicales, espectáculos de títeres y sombras chinescas… un local de ambiente para los intelectuales de la época.
Pablo Picasso, en su segunda etapa barcelonesa (1899-1900), entabla amistad con los artistas que se mueven en Els quatre gats, grupo selecto formado por Miquel Utrillo, Ramón Casas, Santiago Rusiñol y Pere Romeu. Todos estos pintores han residido durante algunas temporadas en París. Conocen muy bien el ambiente parisino y los movimientos artísticos que están surgiendo a principios del siglo XX.
Algunos de los maestros de Picasso serán Ramón Casas, Joaquim Mir, Isidre Nonell, pintor de la corriente “miserabilista”, representando a personajes de las clases sociales marginales, a la etnia gitana, y sobre todo a las mujeres gitanas. Picasso queda bajo el influjo de estos artistas y de sus obras, de los modernistas catalanes, en su etapa de formación en la Llotja de Barcelona.
Antes, en 1900, Picasso realizó su primera exposición en Els quatre gats. Veinticinco retratos a carboncillo y dibujos coloreados, clavados con chinchetas en la pared. Aparecen en esos retratos Ramón Casas, Santiago Rusiñol, Pere Romeu y también otros artistas y bohemios que frecuentaban el local.
En otros dibujos, a modo de caricatura, puede verse al mismo Picasso junto a sus amigos más íntimos, como Ángel Fernández Soto y Jaume Sabartés. También son interesantes los bocetos que representan a unos niños en la puerta del restaurante, como si fueran a ver un espectáculo de polichinelas.
Aunque el más conocido es el cartel que Picasso pintó para la portada de un menú de la casa. En él figuran un grupo de clientes sentados frente a la fachada del edificio. El diseño de este cartel, si bien imita el estilo de Casas, es más espontáneo.
El artista modernista catalán Santiago Rusiñol escribió, destacando la labor de Pere Romeu y de su taberna:
Aquell lloc pintoresc, ple de somnis, que espantaven el menestral; aquells quadres de les parets que les noies de la casa no podien anar a veure perquè els agradaven massa; aquella fumera de pipes que emborratxava d’idees els parroquians de la casa; dorm en pau amic, que te’l mereixes. Sol havies fet el bé, i no tinguis pena de marxar! Nosaltres sí que et trobarem a faltar, i en tu trobarem a faltar una època en la que la fantasia feia viure.
Aquel lugar pintoresco, lleno de sueños, que espantaban el menestral; aquellos cuadros en las paredes que las muchachas de la casa no podían ir a ver porque les gustaba demasiado; aquel humo de pipas que emborrachaba de ideas a los clientes de la casa; duerme en paz amigo, que te lo mereces. ¡Solo habías hecho el bien, y no tengas pena de marchar!. Nosotros si que te echaremos a faltar, y en ti echaremos a faltar un época en la que la fantasía hacía vivir.
A pesar de los esfuerzos de Pere Romeu no pudo mantener el local. Cada día había menos ingresos y más deudas. Romeu había introducido espectáculos y diversas acciones para mantener su negocio, una serie de lecturas que ya habían ensayado Enric de Fuentes y Joan Maragall. Pero terminó fracasando y en junio de 1903 Pere Romeu cerró la cervecería, la clausura dejó sorprendidos a todos los barceloneses.
Posteriormente Els quatre gats se convirtió en la sede de la casa del Cercle Artístic de Sant Lluc, hasta 1.936, año en que la Guerra Civil lo paraliza todo.
A finales de los setenta, tres empresarios de la hostelería se asociaron para volver a abrir el local de Els quatre gats, enfocado al ambiente cultural barcelonés de la época de la transición. Josep M. Ferré empezó a dirigir el restaurante en 1.989 y en 1.991 fue restaurada la Casa Martí.
En la actualidad es un lugar emblemático, con encanto, un bar restaurante por el que pasan personalidades de todo el mundo, como Woody Allen, que después de descubrir el lugar decidió filmar una escena de su película Vicky, Cristina, Barcelona.
Si decidís visitar el lugar no dejéis de probar los típicos canelones o la espalda de cordero. De lunes a viernes ofrecen un menú de mediodía con varios platos de delicias a elegir.
También dispone de una recomendable carta de vinos con bodega propia. Se disfruta de un buen ambiente y de una buena atención. Es difícil no encontrar el local lleno, así que os recomiendo no arriesgar y hacer la reserva con antelación.
Ubicado en la calle Montsió, cerca del Portal de l’Ângel y la Plaça de la Catedral, es ideal para recobrar fuerzas y relajarse después de un paseo por la Barcelona modernista o el Barrio Gótico. Espero que os guste y disfrutéis de Barcelona.
¿Conocíais la historia de este peculiar restaurante?
Tengo ganas de volver a ese sitio, estuve hará 4 años y desde luego me encantó. Además un día antes de ir me contaron precisamente la historia de por qué se llama “4 Gats”, aunque no tan al detalle de como la has expuesto en tu artículo.
Saludos
[…] queremos ver cómo las artes decorativas evolucionaron en la época del modernismo hasta convertirse en piezas de un museo, no dudemos en visitar esta magnífica exposición. […]