He aquà la prometida tercera parte de mi particular homenaje a Lost, una serie que cumple el décimo aniversario de su estreno, que supuso un antes y un después en la forma de narrar, no por novedoso, sà por efectivo, y que también tenia unos personajes complejos y carismáticos. Pero, ¿es esto suficiente para convertirse en una serie generacional y de culto? Puede que sà o puede que no, pero gracias a Internet consiguió trascender más allá de la pantalla del televisor, para acabar siendo un fenómeno de masas enfervorecidas a través de foros, chats y blogs.
Una trama tan incompleta, misteriosa y adictiva propiciaba que siempre tuviéramos ganas de más inmediatamente. Y para eso nada mejor que Internet, donde podrÃamos buscar spoilers con los que adelantarnos a la serie. Cuando tu pareja o tus amigos ya no eran suficientes, recurrÃamos a los foros, que rápidamente empezaron a llenarse de gente con las mismas inquietudes donde poder saciar la espera, ya fuera semanal o entre temporadas. Se crearon asà muchas comunidades que recopilaban todo lo que se encontraba en la red. Nació la Lostpedia, que no se dejaba nada sin rastrear, y cientos de páginas más con biografÃas de personajes, teorÃas, material inédito, etc.
Con Lost convertida en fenómeno de masas, tanto los productores como la cadena vieron que se le podÃa sacar aun mas rendimiento a la serie. AsÃ, Carlton Cuse y Damon Lindelof empezaron a hacer declaraciones enigmáticas, grababan podcasts periodicamente y lanzaron un concepto que ahora es más habitual, los webisodes o mobisodes (descargados directamente al móvil), que eran pequeñas piezas que aportaban muy poco pero hacÃan las delicias de los más fanáticos. ABC iba a explotar el fenómeno al máximo y, paralelamente al merchandising y a lo anterior, continuaron la serie más allá de las fronteras de la televisión fÃsica. Se crearon webs relacionadas, páginas de Dharma, de empresas mencionadas, etc. Algo asà consiguió también Breaking Bad, cuyo fenómeno fue similar.
La instantaneidad de Internet, junto a las descargas ilegales, causaron un cambio de hábitos en el espectador mundial. La adicción provocó que nos descargáramos los episodios al mismo ritmo que se emitÃan en Estados Unidos, pues estábamos amenazados por los spoilers en Internet y las cadenas nacionales no contribuyeron con sus habituales retrasos. Cuando quisieron subirse al carro ya era demasiado tarde, la mayorÃa de la audiencia española ya veÃa los capÃtulos por online o descargados. Algo que ya cambiarÃa para siempre nuestra forma de vivir las series.
Todos estos factores fueron determinantes para que Lost pasara a la historia. Sus personajes, su concepto del suspense, sus cliffhangers hicieron que nos quedáramos boquiabiertos en muchas ocasiones. No se puede decir que creara un nuevo lenguaje, diferente, sino que esa mezcla fue beneficiaria de los cambios que estaban a punto de producirse, tanto dentro como fuera de la pequeña pantalla. Y es por eso por lo que seguimos recordándola, más como un fenómeno que como una gran serie.