Rectify (I): reinventarse o morir

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Rectify, Sundance TV Cuando me paré a analizar MAN(H)ATTAN, comenté cómo era la primera creación propia de WGN America, resaltando además la cantidad de series y producciones de calidad que están viendo la luz gracias a las apuestas arriesgadas de productores y directivos y al nacimiento o reinvención de nuevos canales de televisión. Siguiendo con esta tradición, vimos cómo un canal de pago creado por Robert Redford y destinado a reproducir en HD las películas proyectadas en el prestigioso Festival de Sundance (creado también por el actor californiano), daba un drástico giro, y se deshacía de las repeticiones de películas independientes para comenzar a producir unos contenidos audiovisuales propios, comenzando por miniseries o “series evento”, como se les conoce ahora, y siguiendo, a partir de 2013 con series, siendo Rectify la primera de ellas (luego vendrían The Red Road con Jason Momoa y este año está pendiente el estreno de Babylon).

La serie, creada por Ray McKinnon (actor secundario reconocible y tímido guionista y director), sigue la vicisitudes de Daniel Holden, liberado de prisión tras 19 años en el corredor de la muerte por el asesinato de su novia cuando era un adolescente, debido a unas pruebas relacionadas con su ADN. Su salida de prisión, junto a los cambios que se han producido en un mundo tan cambiante como el actual, el impacto que tendrá su liberación en su pequeño pueblo natal y los diversos conflictos entre las autoridades y la familia Holden serían los pilares de la serie.

Una vez nos adentramos en la historia, vemos que se “heredan” numerosas características de los films independientes que tan buena acogida tienen en Sundance, como pueden ser una marcada fotografía (en este caso colorida), las reflexiones de los personajes, con capítulos enteros orientados a una sola decisión, o el modo de filmar (las tomas de árboles a contraluz, los reflejos del sol contemplando la silueta de una persona, etc.), donde incluso, en el piloto, solemos observar un intento por evocar esa preciosa poesía fílmica sólo al alcance de Terrence Malick.

No obstante, tres son las características fundamentales de este drama: el primero, el guión, sólido, personal, intimista. McKinnon lo vuelca todo en sus personajes, en sus acciones, sus conflictos internos, sus deseos…, resultando acertado cuando hablamos de Daniel (los momentos en que nos enseñan la estancia de éste en prisión son geniales), pero que muestran una gran flaqueza cuando intenta focalizarse en sus acompañantes, quizá porque la serie se vertebra en torno a él y el resto no puede dar más de si, aunque McKinnon consigue que evolucionen de forma satisfactoria.

Daniel Holden

Lo segundo a destacar sería su ritmo, lento, pausado, de nuevo queriendo “imitar” a Malick, sin llegar nunca a su altísimo nivel, pues en ocasiones la narración se hace pesada y espesa, y lo peor de todo, aburrida en según qué tramos. Su última característica es algo cada vez más demandado en las series, y es su atmósfera. En contraposición a otro drama ubicado en el sur estadounidense (y si, estoy hablando de esa genialidad llamada True Detective), Rectify propone un sur yanki luminoso, con un sol imperial que lo rige todo, con noches incluso muy brillantes, desechando la oscuridad que acompañaba a la serie de Pizzolatto.

Para concluir: la primera temporada de Rectify sentaba las bases de lo que acabaría ocurriendo en su último capítulo (el más filosófico y el mejor de la temporada, a mi parecer), entregándonos un personaje como el de Daniel Holden, excepcional, frágil, roto y aún así misterioso, y nos prepara para una segunda temporada superior.

Archivado en Drama, Primera temporada, Ray McKinnon, Rectify, Sundance Channel
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