No me interesan los documentales, lo siento. Admito que hay algunos muy interesantes, sobre todo los históricos o los de personalidades importantes, pero siempre preferiré la ficción. Por tanto, no tenía pensado ver The Jinx (El Gafe), por muy de HBO que fuera pero, tras las buenas críticas que cosechó y la controversia que creó, me decidí a intentar dejarme seducir por Robert Durst y su misteriosa figura, y vaya si lo hizo.
Esta serie documental está dirigida por Andrew Jarecki, que ya se aproximó a Durst con la película Todas las cosas buenas (All Good Things), en la que Ryan Gosling le daba vida y se recreaban las circunstancias de sus tres supuestos crímenes. Fue precisamente a raíz de este filme cuando quiso concederle una entrevista, en la que se basa buena parte de The Jinx. Hay que recordar que Jarecki también dirigió otro documental llamado Capturing The Friedmans, aclamado por la crítica.
The Jinx nos descubre la historia de Robert Durst, un heredero de una familia de magnates de la construcción muy reputados de Nueva York, cuya esposa desapareció en extrañas circunstancias y aún no se sabe nada de ella, pero se cree que Robert tuvo algo que ver. También hay fundadas sospechas de que mató a su mejor amiga en su casa de Los Angeles años después y se libró de la cárcel por descuartizar a su vecino en un pueblo de Texas. Jarecki y su equipo reconstruyen su vida minusciosamente de forma que conozcamos al personaje en toda su dimensión.
Narrativamente, The Jinx es un auténtico lujo. A lo largo de sus seis episodios nos consigue enganchar con cliffhangers, unos cold openings muy apetitosos y una cabecera hipnótica. De hecho, es fácil perder la noción de que se está viendo una historia real. Es cierto que Jarecki es tramposo pues oculta datos para ir soltándolos como píldoras en el momento oportuno y funciona mejor si no sabes nada de su protagonista ni de lo que hizo. La intervención de familiares, abogados, amigos y policías enriquecen mucho el relato que, por la naturaleza del mismo, nos deja estupefactos por momentos.
La controversia que ha suscitado The Jinx se debe a su polémico final. A partir de aquí voy a soltar spoilers, así que mucho cuidado si no quieres saber lo que ocurre. La exhaustiva investigación del equipo de Jarecki da con una nueva prueba que puede incriminarle en la muerte de su amiga Susan Berman, lo cual esconden hasta después de la emisión del último episodio. Las dudas éticas que esto genera al proteger su propia película en lugar de informar a las autoridades en una investigación por asesinato. No hablemos del momento en el que Jarecki le enseña las pruebas grabado por varias cámaras al mismo tiempo o de dejar el micrófono abierto a sabiendas que Durst siempre andaba murmurando.
El final de The Jinx supera a la ficción, es una expresión muy manida pero viene como anillo al dedo, como también viene bien la frase que he leído por ahí de que la realidad ha hecho spoiler a la serie. A vosotros no sé, pero a mí me la ha estropeado un poco, aunque he de decir que no me hubiera lanzado a verla de otra manera. Ya sabéis que yo no soy de documentales.