No es la primera edición ni mucho menos, pero desde el año pasado La fiesta del cine se está convirtiendo en una esperada cita para todos aquellos amantes del cine que quieran disfrutar de sus películas favoritas a un precio más que razonable, 2,90 euros. El evento se celebrará los días 27, 28 y 29 de octubre, es decir, la semana que viene. A continuación os contamos cómo aprovecharse de estos descuentos.
Primero tenemos que saber si nuestro cine más cercano está adherido a la promoción, que podemos comprobarlo en el listado de cines participantes. Una vez comprobado, simplemente tendremos que acreditarnos para la ocasión en la página web de La Fiesta del cine , facilitando el nombre, DNI, fecha de nacimiento y una cuenta de correo electrónico. Automáticamente se genera una acreditación que, ojo, no es necesario imprimir, simplemente basta con enseñarla en el móvil. No hace falta registrarse muchas veces porque con una podremos ir todas las veces que queramos durante estos tres días.
Una iniciativa creada por los exhibidores para hacer frente a la progresiva pérdida de espectadores en los últimos años por culpa de los altísimos precios de las entradas y las palomitas y, claro está, los efectos de la piratería. El público ha respondido en masa en las anteriores ediciones y eso quiere decir que la gente sigue queriendo ver cine en las salas, lugares para los que está pensado, por cierto. El precio de las entradas, sea por el motivo que sea, ha estado totalmente fuera de mercado incluso ahora que ha bajado ligeramente. Está claro que a la gente le sigue gustando ir al cine, es una falacia lo contrario, pero no todo el mundo puede permitírselo.
Los presupuestos de las películas se han disparado, por lo que las distribuidoras también han subido el precio y los exhibidores, por ende, no quiere deshacerse de su margen de beneficios. Si a eso le unimos el conjunto de leyes aprobadas por el Ministerio de Cultura de Wert, la subida del IVA al 21% para los eventos culturales y el cada vez más bajo poder adquisitivo de la sociedad española, es más que lógico que el público no se plantee acudir a las salas. Ir al cine se ha convertido en un lujo cuando debería ser casi obligatorio facilitar su asistencia, como a los museos, a los conciertos, etc.
Por eso es importante que nosotros como público no perdamos esta oportunidad de disfrutar del cine a un precio justo y, al mismo tiempo, reivindiquemos con nuestra asistencia un cambio de rumbo en las políticas culturales y un ajuste de precios a todos los niveles en la industria cinematográfica. Entre todos podemos ayudar a activar una industria que puede generar mucho empleo y beneficios tanto económicos como sociales.
