Seguimos nuestro repaso a las películas con posibilidades de ganar un Oscar el próximo domingo. Esta vez el turno es para una película que ha dado mucho de qué hablar durante las últimas semanas, sobre todo en el apartado interpretativo, en el que sus dos nominados parten con ventaja en la carrera hacia la estatuilla. Se trata de Dallas Buyers Club.
En 1985, Ron Woodrow (Matthew McConaughey), un electricista toxicómano, mujeriego y homófobo, es diagnosticado de SIDA terminal cuya esperanza de vida no va más allá de un mes. Su tratamiento hospitalario no funciona y decide buscar alternativas menos invasivas. Cuando las encuentra, las empieza a vender a otros enfermos. Su éxito hace que la FDA, la industria farmacéutica y la DEA comiencen una cruzada en su contra.
Dallas Buyers Club es una historia que ya hemos visto antes, en otros ámbitos y en otros momentos históricos. Así como Oscar Schindler, que buscaba mano de obra barata en un principio, salvó la vida de miles de judíos, este Ron Woodrow, un “héroe” más mundano, comenzó a distribuir medicamentos contra el SIDA de forma egoísta. Si la sanidad no le daba soluciones, él mismo las iba a buscar. Su motivación era la más primaria posible, querer vivir, pero ya de paso iba a ganar un poco de pasta.
El mejor tratamiento para un homófobo es convivir con un homosexual. En el caso de Woodrow esto se produce cuando conoce a Rayon (Jared Leto), un travesti toxicómano que, a través de sus contactos en el mundo gay, ayuda a que el negocio florezca. El roce hace el cariño. El trío protagonista lo cierra su doctora, Eve (Jennifer Gardner), que hace la vista gorda ante los negocios de la extraña pareja. Sea como sea la forma en la que se consigue, el fin justifica los medios, y la cruzada que Woodrow llevó a cabo ante todo organismo que se le ponía por delante bien merecía la pena.
La película está dirigida por el canadiense Jean Marc Vallèe, autor de otras cintas como The Young Victoria, y su gran mérito ha sido contar una historia que hubiera resultado muy aburrida si no se hubiera explotado su talento en la dirección de actores. Éstos son lo mejor de la película. La fotografía granulada tan típica del cine independiente y esos decorados tan realistas le dan al filme un toque muy 1986, perfectos para la ambientación, junto con el maquillaje y la peluquería.
Las nominaciones de Leto y McConaughey son muy merecidas y posiblemente recompensadas en los Oscars el próximo domingo. El caso del primero me parece más claro, pero en el caso del segundo la batalla va a estar reñida y el ganador, salvo sorpresa, se dirimirá entre él y Leonardo DiCaprio, cuya interpretación en The Wolf of Wall Street le coloca en el olimpo de los actores. Además, ambos ganaron el Globo de Oro hace un mes.
En definitiva, una película muy en la línea de la Academia, a la que suele gustarle estas películas biográficas y cuyos protagonistas sufren transformaciones físicas brutales. Tanto McConaughey como Leto han perdido 25 kilos para encarnar a sus enfermos personajes, algo que suele ser reconocido por los que tienen derecho a voto en Hollywood. Junto a este hecho, su guión y su fotografía hacen que la película sea muy recomendable. ¿Qué te ha parecido Dallas Buyers Club? ¿Qué opinas de la interpretación de sus actores? ¿Crees que merecen el Oscar?