Meg Ryan es la siguiente en la larga lista de actores que, ante la falta de trabajo en el cine o debido a un proyecto interesante e irrechazable (no creo que sea el caso), utilizará su nombre como reclamo para dar audiencia a una serie de la NBC. La actriz interpretará a una mujer que regresa a Nueva York para trabajar a las órdenes del que años atrás fuera su becario. La serie será desarrollada por Marc Lawrence, un clásico guionista de comedias románticas. Ryan, además, será productora ejecutiva, qué coincidencia.
Está claro que la televisión es ahora el paraíso de la creatividad. Los productores han intentado atraer a grandes actores de Hollywood para dar vida a los protagonistas de sus series. Muchos han tenido éxito, razón de peso para que se produzca un efecto llamada entre intérpretes que están de capa caída para intentar relanzar sus ya no tan exitosas carreras.
Dicho sea de paso, es cierto que las mujeres de cierta edad pierden oportunidades en el feroz mundo del cine, donde sólo los rostros jóvenes consiguen grandes papeles. Verlas en la televisión es una gran oportunidad para ellas y para nosotro, que podemos seguir disfrutando de su trabajo. Véase el caso de Jessica Lange en American Horror Story, Anjelica Houston en Smash o Glenn Close en Damages. Expectantes estamos, pues, antes las nuevas migraciones hacia la televisión, como las de Halle Berry, Robert de Niro en Criminal Justice, donde sustituirá al malogrado James Gandolfini, o Woody Harrelson y Matthew McConaghey en True Detective.
Pero corremos el peligro de que muchos “fracasados” acaben rebotados en series mediocres, superpoblando una industria que ahora rezuma calidad por los cuatro costados. Tenemos ya casos geniales como el de Kevin Spacey en House of Cards, Jeff Daniels en The Newsroom, Jonathan Rhys Meyers en Los Tudor y en la próxima adaptación de Dracula o la mencionada Glenn Close. Todas ellas han triunfado en las parrillas televisivas de todo el mundo, primero por la expectación que genera una gran estrella en un medio diferente. Y segundo porque son grandes profesionales que consiguen dar a los personajes su impronta y aportan un gran valor añadido a cualquier producto.
Por ahora la experiencia es muy positiva. Esperemos que siga así y no empecemos a ver series concebidas únicamente para el lucimiento de tal o cual actor. ¿Qué te parece este fenómeno migratorio de los actores? ¿Es para ti un factor determinante ver una serie por su actor o actriz?