¿Te acuerdas de la mosca que protagonizó y acaparó planos en uno de los episodios de Breaking Bad? Pues llevo varias semanas intentando aplastar un bicho asÃ. Revolotea sin parar en lo más profundo de mi menguante cerebro. Es de locos. He llegado a un punto en el que cuando escucho un zumbido penetrante que sale pitando cerca de mi oÃdo izquierdo, únicamente consigo levantar el hombro como un acto reflejo, ladear mi cabeza de chorlito y cerrar los ojos derrotado. Suspiro. Mis garras cortan el aire imitando a Bruce Lee, y solo cazan palabrotas vacÃas, maldiciones que se escurren entre mis dedos.
¡No puede ser casualidad! Me explico mientras me descalzo. Deseo comentar Enemy, la pelÃcula dirigida por Dennis Villeneuve basada en una obra de Saramago, que compitió en la Sección Oficial del Festival de San Sebastián y que se fue de vacÃo, y también quiero poner sobre la mesa, La mirada del amor, The Face of Love, la pelÃcula dirigida por Arie Posin y que presentó la estupenda Annette Benning en Donostia. Una perla. Ya estoy tumbado en el sofá, parezco Cleopatra en su diván. ComodÃsimo.
¿Será cierto que todos tenemos un doble en algún sitio? ¿Por qué nos creemos tan especiales, si ni siquiera somos originales?
Bien. Puedo asegurarte que en el futuro no leerás los tÃtulos de estas dos producciones en las inevitables y glamurosas listas de las mejores de la historia. Ni de la década. Tampoco del año. Si me equivoco, que se me caigan todas las uñas. Son historias que más pronto que tarde, yo mismo olvidaré. Y si tienes amigos con los que jugar al mus o una huerta que cuidar, te aconsejo que no pierdas el tiempo. Sin embargo, hay algo que me apetece comentar, un buen tema de conversación para una sobremesa. Quiero inocularte mi veneno, una dosis de frivolidad que envidie Boris Izaguirre, preguntas sin provecho que hagan que tu madre se tire de los pelos. ¡Ahà voy! Estas dos pelÃculas abordan la misma idea desde dos puntos de vista diferentes. Pareja de dobles.
Una. La mirada del amor, The Face of Love. Annette Benning entierra a su marido, y a los cinco años, cuando parece que las pistolas del duelo ya no echan humo, se cruza en su camino un vaquero… la oportunidad de revivir el amor. Y de llevar la contraria a Bono, one love, one life. Pero Houston, tenemos un problema. ¡Es como hacer un calco al agua! ¡Es un cadáver con los ojos abiertos! FÃsicamente idéntico a su esposo. Es Ed Harris. La misma cara, la misma voz, y aunque la personalidad y la profesión son otras, no pienses que eso le resta atractivo. No busques un tornero y un carpintero, esto es Hollywood. El muerto al hoyo y el vivo al bollo, el muerto, arquitecto, y el vivo, pintor de cuadros.
¿Tú qué harÃas? ¿Cómo reaccionarÃas? ¿IntentarÃas conocer al doble de tu difunto amor? ¿Te sentirÃas atraÃdo sin remedio, aun sabiendo que caerás en un agujero negro moral? ¿Crees que la curiosidad te empujarÃa a saludar al desconocido o respirarÃas hondo y saldrÃas corriendo como Forrest Gump para no detenerte jamás? ¿Estás de acuerdo conmigo, en que todo apunta hacia una obsesión enfermiza? Seguro que Carlos Girón aquà podrÃa darnos mil respuestas interesantes y referencias filosóficas, yo solo tengo preguntas. Y una confesión. Soy débil. Pero también cobarde. Me darÃa la vuelta, y a otra cosa mariposa… creo.
El caso es que te tiras a la piscina… ante el desconcierto de tu cÃrculo más próximo cuando descubren el secreto. Menudo papelón. Un escándalo. Tarde o temprano tendrás que dar explicaciones… que nadie entenderá. Porque ni siquiera tú comprendes qué leches estás haciendo…
¿Te podrÃas enamorar de verdad de esta nueva persona o cuando te quedes embobado mirándola, siempre estarás viendo a quien te puso el anillo? ¿Es justo para ella? ¿Para ambos? ¿Es una prórroga? ¿Un regalo? ¿Una condena? ¿Eres valiente, insensato, o los dos calificativos valen como percha?
Dos. Enemy. Estás viendo una peli en casa, aburrido, hasta que algo te mosquea, y pulsas el pause alarmado. Uno de los extras se parece mucho a ti. Investigas y descubres que sÃ, el destino es caprichoso, tus ojos no son únicos, y esa camisa que llevas y que está hecha a medida… se ajustarÃa como un guante al tipo que tienes delante, porque básicamente eres tú. No puede ser. O sÃ. Es igualito a ti. En cuerpo y… ¿tendrá alma? Es una pelÃcula, pero podrÃa ocurrirte echando una ojeada por la ventana del médico mientras teclea tu nombre en el PC. O mientras bostezas, esperando al metro.
¿IntentarÃas contactar con él para ponerle al corriente de vuestra extraordinaria situación? ¿PreguntarÃas a tus padres si es posible?
En este paÃs de crónica negra tan reciente, podrÃa ser un niño robado, por ejemplo, no es tan descabellado. Tanto él como tú. Esta misma semana ha aparecido un caso asà en el Telediario. Imagina que eres un tipo prudente y razonable y que tienes una vida plácida, sin contratiempos… ¿y si él no es igual? ¿Si es un psicópata? ¿Si solo te trae problemas? ¿Qué pasarÃa si le gusta tu mujer? ¿Y si es al revés? ¿Si es a ti, quien te gusta la suya? ¿SerÃas capaz de frenar el turbio impulso de meterte en su cama, sabiendo que si eres inteligente no habrá represalias?
¿Crees en la buena voluntad de las personas o la mejor, con cuernos y rabo?
En fin, como decÃa, es chocante que coincidan el mismo año y en el mismo festival… o no. Abre bien los ojos, la realidad siempre supera a la ficción. La conclusión de ambos directores es idéntica, como no podÃa ser de otra forma, ¡pareja! Es mejor estarse calladito. La curiosidad mató al gato, y desde que vi a las Grady en El resplandor, me dan yuyu los gemelos, prefiero comer espinas de pescado. Asà que, tú a Boston y yo a California, termino de teclear este artÃculo y tú de leerlo y cada uno a su vida. Si eres igual que yo, no me lo digas, por favor, no quiero conocerte.