¿Cómo es posible que una película sobre el cofundador de la empresa más popular del mundo, guionizada por el hombre que ideó The West Wing y con un Oscar al Mejor guión por The Social Network y dirigida por David Fincher, el mismo de Fight Club o la propia The Social Network no consiga salir adelante y tenga más problemas en su producción que World War Z? Aquí intentaremos averiguarlo.
5 de octubre. 2011. En la cama de su casa de Palo Alto, fallece Steve Jobs, cofundador de Apple, mejor CEO del mundo, un visionario, una eminencia, etc. Muere tras una lucha contra el cáncer de páncreas que le perseguía desde 2003, si bien la curación estaba a su alcance y no la aprovechó. Fue todo un mazazo para fans y fanboys del mundo entero: el ámbito tecnológico se quedaba huérfano, sin el “padre” que había acercado la informática al gran consumo, la bolsa cayó incluso, y ya se vaticinaba el principio del fin de Apple. Tres años después vemos que no es así, pues Apple está más fuerte que nunca (económicamente hablando) y su figura sigue siendo venerada, ya en pasado.
Seguidamente a su fallecimiento, se anunció que el prolífico autor de biografías Walter Isaacson estaba por ultimar la biografía autorizada por Jobs, un tomo de más de 600 páginas con toda la historia de su vida, sus lados oscuros, sus fallos y sus aciertos. A pesar de que se tratan temas nunca antes vistos de Jobs (maltrato laboral, maltrato psicológico, abandono familiar, ira, envidia, etc.), la postura es demasiado blanda a mi parecer, no por menos es la biografía autorizada. Fue entonces cuando se anunció la puesta en marcha de dos biopics (faltaría más), tan diferentes como interesantes.
El primer proyecto sobre el fallecido empresario vino de la mano del actor de comedias fáciles y flamante fichaje de Two and a Half Men, Ashton Kutcher, que manifestó su deseo de levantar una película sobre los primeros años de Jobs, pasando de la universidad a la creación de Apple y su conflicto con la junta directiva, su expulsión y posterior vuelta. La intención estaba bien, pero Kutcher no logró reunir un buen equipo de producción ni mucho menos un guión interesante, y lo visto en esta jOBS (Joshua Michael Stern, 2013) es tan sustancial como enervante para el más versado en la vida del desaparecido californiano, empezando por un casting nefasto, y finalizando por un guión que aburría y exasperaba a partes iguales. Lo único salvable, curiosamente, era la actuación de Kutcher, pasional, natural, auténtica, como un muy buen Jobs. Como podéis ver, soy mucho más crítico con ella que nuestros compañeros de Applesencia.
Esta concepción de la vida de Jobs pasó sin pena ni gloria por la taquilla, y los críticos la aprobaron sin más. Jugó en su contra (aparte de sus evidentes defectos) la existencia de Pirates of Silicon Valley (Martyn Burke, 1999) una producción para televisión de hora y media, donde se resumen la época universitaria de Jobs, la creación de Apple, y, de forma menos sutil, la creación de Microsoft y su relación en los principios de esta industria. La producción, muy estimable, se combina con un casting acertadísimo (el mismo actor de Jobs, Noah Wyle, sería luego invitado a la Macworld de 1999 para imitar al cofundador de Apple, convenciendo a la mayor parte del público del engaño), y un guión ágil y atractivo (esa obsesión de Jobs por avanzar o morir y su exigencia laboral quedan muy bien retratadas), siendo que esta producción de TNT te deja con ganas de saber más.
El segundo proyecto sobre la figura del “Mesías” de Apple, sería una producción de Sony (la misma de The Social Network), con dirección de David Fincher (Fight Club, Seven, Zodiac, la misma The Social Network), y con un guión de Aaron Sorkin (The West Wing, The Newsroom y la misma The Social Network), gran amigo de Steve Jobs, basado en la biografía oficial de Walter Isaacson. Mientras Kutcher se estrellaba con su producción sobre Jobs, Sorkin iba soltando pequeñas migajas de información, como que su película no sería un biopic al uso. Más tarde, confirmó que la película contaría con tan sólo tres momentos: la presentación del Macintosh (1984), la creación y su época en NeXT Computer (1985-1996), y los momentos previos a la presentación del iPod (2001). Una vez finalizado el guión (que según Sorkin tiene unas 150 páginas y 100 de ellas son diálogos de Jobs, lo que quiere decir que el actor tiene que estudiar como si tuviese unas oposiciones), Sony se lanzó a la busca de director. La decisión era obvia: había que atar al director de esa maravilla cinematográfica llamada The Social Network (David Fincher, 2010). Imaginad (o recordad) el entusiasmo de los fans: los artífices de hacer que la creación de Facebook fuese un peliculón, metidos a hacer la vida y obras de Steve Jobs. Era algo que había que ver si o si en su estreno.
Y fue aquí cuando comenzaron los problemas. Fincher accedió a dirigir el biopic con dos condiciones: un sueldo astronómico y el fichaje de Christian Bale para hacer de Jobs. Al poco, renunció al sueldo astronómico por otro un poco más asequible, pero la negativa del actor (seguramente también por dinero), llevó al abandono de la dirección de uno de los mejores realizadores del mundo. A Sony y su tacañería no le entró el pánico, y ataron a otro director y comenzaron a tentar a otra estrella para dar vida a su protagonista. Los elegidos fueron Danny Boyle (28 Days Later, Sunshine, Slumdog Millionarie), que aún está en la silla de director, y Leonardo Di Caprio, respectivamente. Atados ambos puestos, se empezó a buscar un casting acorde al proyecto. Sin embargo, los planes de Sony se volvieron a torcer: Di Caprio abandonaba la producción para fichar por la nueva película de Alejandro González Iñárritu, pues coincidían ambos rodajes. Sony, ya desesperada, volvió a entablar conversaciones con el Batman de Nolan, Christian Bale, asumiendo su sueldo y todo lo que pidiese, atándolo tan fuerte que Sorkin dijo en una entrevista que Bale estaba 100% en el proyecto. Pues al parecer no.
Bale, posiblemente tras ver el guión de Sorkin, posiblemente por más coincidencias en el calendario, como Leo, abandonó el proyecto al poco de confirmarse su presencia, hiriendo de muerte a la producción. Según él mismo, sentía que no podría hacer justicia a la figura de Jobs, pudiendo ser verdad o no (lo cual hace más apetitoso ese guión de Sorkin si cabe). Con el pánico ya cundiendo por los despachos de Sony, y medio Hollywood tachándola de producción imposible, se tentó a Michael Fassbender, uno de los actores más talentosos del mundo, al que le falta un papel que le eleve en la lucha por los grandes premios para que termine de consolidarse. A día de hoy, aún se mantienen conversaciones con él. Al parecer, la dificultad de Fassbender para cuadrar el calendario, llevó a Sony a matar definitivamente la película, cancelando su producción la semana pasada.
Puede parecer que este sea el último capítulo de este gran culebrón, pero eso sería demasiado fácil: nada más anunciarse la muerte del proyecto, Universal saltó a la palestra y anunció que pelearía por adquirir los derechos y seguir con la hoja de ruta establecida por Sony, intentar confirmar a Boyle de director y continuando las conversaciones con Fassbender. En plena edición de este artículo, Universal ha confirmado la adquisición de los derechos a Sony, confirmado a Boyle y anunciado oficialmente el fichaje de Fassbender para interpretar a Jobs.
¿Mi opinión personal? Que deberían guardar el proyecto unos años, y traerlo de vuelta con los involucrados originales: Sony, Ficher, Bale y Sorkin. El mundo se merece ver esa película. Los cinéfilos lo merecemos.