Uno de los comisarios, José Manuel Sánchez Ron, se refirió a la exposición como:
El reflejo de trescientos años de la historia de España, un viaje a través del tiempo. Se entra por el cuarto milenio antes de Cristo con tablillas cuneiformes y se sale por el futuro. Nos sentimos parte de un legado, de un pasado, pero también de un presente y un futuro.
Nos remontamos muchos millones de años atrás para conocer la historia de la escritura. Las primeras noticias nos llegan de la prehistoria, se escribía o más bien se trazaban dibujos en las pinturas rupestres.
Hoy diferenciamos tres grandes sistemas de escrituras: Las escrituras sintéticas, que expresan ideas o frases, con un número ilimitado de signos y no tienen posibilidad de combinación. Estas escrituras han sido nombradas como las “preescrituras”.
Las escrituras analíticas, que representan una palabra o un morfema, y que admiten posibilidades de combinación. Las escrituras fonéticas, que representan sonidos de una determinada palabra. Esto permite una considerable reducción de los signos.
El primer escrito conocido como tal es anterior al 3000 a. C. Se atribuye a los sumerios de Mesopotamia. Se compone de caracteres ideográficos y su lectura se presta a la ambigüedad. Unos años más tarde, encontramos escritos egipcios, unos pictogramas llamados jeroglíficos. Es una escritura muy importante para la historia, se conservan bastantes documentos.
Unos mil años más tarde, en el 2000 a. C., encontramos el poema épico sumerio. Gilhamesh aparece en doce tablillas de arcilla utilizando la caligrafía cuniforme, se denomina así por el instrumento en forma de cuña empleado para escribir.
Otras civilizaciones sin duda también influyentes para la escritura fueron los otomanos, chinos… pero sobre el año 800 a. C., apareció la gran cultura, la griega. Importante civilización para la escritura, ya que introdujo la escritura alfabética, que es la que se utiliza actualmente, con algunas variaciones. Su escritura constaba de un alfabeto de 24 letras, procedente de los fenicios.
La exposición “La lengua y la palabra. Trescientos años de la Real Academia Española”, descubre, a través de más de tres centenares de piezas procedentes de los fondos bibliográficos de la RAE, y a partir de una selección de obras artísticas de diverso género, el ayer y el hoy de la institución, haciendo un recorrido por su historia y las figuras ilustres que la han integrado. Además, ofrece una visión sobre su presente y su futuro, así como sobre la capacidad para adaptarse a la sociedad actual e incorporar la tecnología y la innovación a sus recursos.
La muestra está dividida en siete apartados relacionados entre sí, y ofrece un viaje imaginario a una época y a una situación concreta de la historia de la lengua, de la propia Academia y de los avatares personales de algunos de los académicos más notables en cada momento.
El primer bloque, “La lengua y el habla: del sonido a la voz y la letra”, se adentra en la doble condición del lenguaje como magia y como ciencia en la historia humana. Desde el carácter demiúrgico que todas las civilizaciones han otorgado al lenguaje articulado, y posteriormente a la escritura, hasta el alcance científico que adquiere en la actualidad el sistema lingüístico y las relaciones entre la lengua y el habla.
El segundo apartado, “La creación de la Real Academia Española y la Ilustración”, plasma el contexto ilustrado en el que fue posible que surgiera una institución como la Real Academia Española y la ejecución del primer diccionario, gracias a Renta de Tabaco que decretó Felipe V en 1723.
El tercer bloque, “Guerra y revolución: 1808-1812″. España en el siglo XIX, cuenta la dura transición del Antiguo Régimen a un sistema liberal-constitucional. La Restauración, los peores momentos para la institución y sus miembros se vivieron en el primer cuarto de siglo, en la ruptura que supuso la invasión francesa y en una larga guerra contra el invasor, una guerra “gloriosa y fatal” ( la más larga de las napoleónicas europeas) y en la vuelta del absolutismo de Fernando VII.
Pero en ese primer cuarto del siglo XIX tuvo lugar otro gran hecho histórico: la desintegración de los virreinatos de la monarquía hispánica en los reinos de Indias y el surgimiento e independencias de las repúblicas americanas.
Ambos procesos están vinculados a los sucesos peninsulares de 1808, 1812 y 1814: la invasión francesa, la guerra en España por la independencia, el vacío de poder, la constitución de Cádiz, en la que participaron activamente representantes españoles de América.
Pero de 1810 a 1824 la ruptura política es definitiva, y, precisamente, en estos años del bicentenario de las independencias abundan las investigaciones y estudios sobre estos procesos. Aquí se quiere mostrar el hecho casi milagroso de la no ruptura de la lengua española.
A ambos lados del Atlántico, personas e instituciones mantuvieron la lengua común, la lengua que nos une. A este hecho histórico hace referencia el bloque IV: “España y América. La lengua que nos une”.
Otras cuestiones fueron importantes para la historia de la Academia entre el siglo XIX y el XX. Destacan, en la V sección, entre siglos, dos puntos fundamentales: “las mujeres llaman a la Academia y La sede de la Academia”.
Se dedica un espacio singularizado en la muestra para contar la historia de unas mujeres que, con la excepción del caso de María Isidra Quintina de Guzmán y de la Cerda en el siglo XVIII, primera mujer académica en la institución en la categoría de honoraria, llamaron inútilmente a la puerta de la Academia desde mediados del siglo XIX hasta más allá de mediados del XX.
El bloque VI, “Un agitado siglo XX. La lengua como ciencia”, es en buena medida la crónica de nuestro tiempo y de nuestros inmediatos antecesores. Asistimos a las convulsiones históricas y especialmente, a los cambios y vicisitudes de la Academia. Con el desarrollo rigurosamente científico de los estudios lingüísticos que, si ya se habían iniciado en el siglo anterior, adquieren en el XX la consolidación.
Cierra la exposición, el apartado “Revolución cognitiva y tecnológica”. Se ocupa de las profundas transformaciones que la era digital y computacional ha introducido en nuestras vidas. Visitar esta exposición es una muy buena ocasión para conocer nuestra cultura con profundidad, desde el viernes 27 de septiembre hasta el 26 de enero de 2014 en la Sala Recoletos de la Biblioteca Nacional de España.