Una de las series que más controversia está generando este verano es The Leftovers, de la que todo el mundo habla a todas horas, y no con entusiasmo precisamente. Algunos deciden dejarla y otros se resisten porque esperan que su rumbo se enderecé a medida que avanza, que sea de esas series que van de menos a más. Tras una conversación en Twitter, me empecé a plantear si era mejor bajarse del barco y no perder más el tiempo. Como todo buen seriéfilo sabe, estas cosas se arreglan con una lista de pros y contras, así que vamos a ello.
A favor
Lo primero es lo más evidente, es una serie HBO, factoría de las mejores obras de la historia de la pequeña pantalla y cadena que ha marcado la pauta en los últimos años. Pero eso nos lleva a otra reflexión: ¿tenemos más paciencia con los productos de dicho canal? Yo creo que sí, pero es un prestigio que se han ganado a pulso y hemos visto en más de una ocasión nuestra espera recompensada. Dicho esto, y habiendo visto siete capítulos, si no te gusta The Leftovers tan sólo un poco, mejor ir pensando en otra cosa.
El caso es que la historia que tiene entre manos es muy atractiva. Un hecho inexplicable y la exploración de sus consecuencias parece perfecta para contarlo a lo HBO, con su pausa e introspección en los personajes habituales. Personalmente, que la serie pase de resolver el misterio que tiene entre manos no me supone ningún problema, es más, me interesa mucho más los relatos personales detrás de la tragedia que un enigma lostiano, pero ya veremos que esto no se ha hecho todo lo bien que esperaba.
Los episodios centrados en un sólo personaje han sido los mejores hasta ahora, sobre todo el tercero, Two Boats and A Helicopter, centrado en el reverendo, y el sexto, Guest, enfocado en Nora y su viaje a Nueva York. En estos dos capítulos, conseguimos ver en The Leftovers pinceladas de gran serie que por ahora no es, pero que podría ser si cuenta historias interesantes y responde en lugar de sólo formular preguntas (incorrectas), que es lo que hacen el resto de capítulos.
En contra
El primer argumento en contra ya podría ser suficiente. The Leftovers no cuenta nada. Es una eterna presentación de personajes cuyas tramas no nos importan en absoluto, con las contadas excepciones ya expuestas. Parece uno de esos coches de las películas de terror que no arranca nunca. A menudo, como espectador te sientes indignado al ver cómo los personajes hacen preguntas incorrectas o directamente no preguntan lo que cualquiera preguntaría en su situación.
Este efecto es causa de un señor llamado Damon Lindelof, cuyo hermetismo acabó mareando (y cansando) a la mayoría de seguidores de Lost con hiperbólicos giros argumentales, donde incluso se mencionaba el hecho de “hacer las preguntas correctas”. Entonces creó expectación, sí, con un material interesante por definición, pero ahora con una novela mediocre de Tom Perrotta, nos dan ganas de cambiar de canal o irnos a la cama sin cenar.
The Leftovers es aburrida, la mayoría de los personajes me caen mal o no me interesan cómo de jodidos están. Y luego están esos esbozos de gran serie que me dejan realmente impresionado. Mi decisión, a pesar de todo, es seguir viéndola hasta la season finale, entonces decidiré si la renuevo o la cancelo. Total, para tres capítulos que quedan se hace el esfuerzo, ¿no?