La semana pasada terminó la primera parte de la quinta temporada de The Walking Dead y toca darle un repaso. La serie de zombies sigue batiendo récords de audiencia y encandilando a los críticos que, si bien no mostraron mucho entusiasmo en un principio, el cariz que está tomando la ficción de AMC ha provocado la atracción de muchas de esas miradas antes escépticas.
Empecemos por los fríos datos cuantitativos, que son muy importantes para entender el fenómeno. El football de los domingos en Estados Unidos ha sido tradicionalmente imbatible hasta ahora, pues The Walking Dead ha conseguido superar a la popular emisión deportiva. Si la gesta no fuera lo suficientemente elocuente, aquí va otro dato revelador, y es que mientras el fútbol americano se emite en abierto, la serie se emite en un canal de pago por cable. En torno a 17 millones de espectadores siguen los episodios cada domingo, sin contar la emisiones posteriores, los visionados online y las descargas ilegales. Una cifra que es extrapolable a todo el mundo gracias a que se ha convertido en un fenómeno global superando incluso al que supone Game of Thrones.
Lo mejor de todo es que The Walking Dead no es una serie entretenida simplemente, se puede decir sin equivocarse que está dentro de lo que se suele denominar una buena serie. No se trata simplemente de sobrevivir a un apocalipsis zombie en plan robinsones, sino de poner el foco en la propia naturaleza humana y su comportamiento en un entorno hostil y cómo aflora el instinto en constante lucha con la razón. Estos dilemas morales convierten al espectador en alguien que, además de pasárselo en grande, es partícipe de lo que va sucediendo a lo largo de los episodios. A menudo, lo que cada uno haría en el lugar de los personajes, nos hace plantearnos realmente quiénes somos como personas o por quiénes estamos rodeados.
En este punto, la serie da por sentado algunos de esos puntos controvertidos, como el hecho de que la supervivencia es una lucha entre humanos, cuyas formas de sobrevivir difieren de manera significativa de un grupo a otro, y no tanto respecto a los caminantes, que se han convertido en un mero telón de fondo para contarnos una historia más profunda y universal. Lo más inquietante de todo es que la sociedad post apocalíptica es completamente creíble y probablemente sucedería de esta forma o de forma muy parecida a como ocurría en La carretera, novela de Cormac McCarthy que también tiene una escalofriante versión cinematográfica dirigida por John Hillcoat y protagonizada por Viggo Mortensen, tan devastadora como recomendable.
La quinta temporada abre con un capítulo genial, plagado de toda la acción e intensidad que muchos habían echado de menos en la segunda mitad de la cuarta, con un escape de Terminus sensacional y dando otro vuelco a la historia, que pensábamos que iba a girar en torno a sus caníbales habitantes. Para muchos el mejor capítulo hasta ahora. Sorprendentemente la serie toma otro rumbo, dejándonos a todos con la boca abierta de nuevo. La filosofía de Scott Gimple, que va camino de ser el showrunner más longevo de The Walking Dead, siempre ha sido mezclar esos momentos de acción frenética con la pausa que requiere la introspección de los personajes, necesaria para conocer quién es cada uno, cosa que agradeceremos cuando uno u otro adquieran mayor protagonismo o simplemente empaticemos con ellos cuando mueran. Sin este método tan aburrido para muchos, hubiera sido imposible que personajes como Carol crecieran como lo han hecho o que la pasada midseason finale funcionara como lo hizo. No todo ha sido perfecto en estos ocho capítulos, algunos como Self Help (5×05) fueron aburridos hasta para un servidor y otros adolecieron de diálogos vacíos, guiones escritos a toda prisa o imperdonables fallos técnicos que deberían subsanarse con más presupuesto, por dinero no será con las audiencias que manejan. Véase la caída de la furgoneta en el sexto episodio Consumed.
Concluyendo, The Walking Dead sigue en su mejor momento de forma y no da la sensación de agotamiento, todo lo contrario, parece que todavía tiene mucho que contarnos. Así lo creen Robert Kirman y AMC, que ya han encargado un spin off que verá la luz en 2015. El fenómeno continuará todavía varios años, pero esperemos que no muera de éxito.
Claro que va a supera a got si además del cable tienes que pagar por el paquete hbo.
Lo que me preocupa es que la trama de la serie en realidad no avanza y cuando quieran darle un final será porque se volvió tan mala que ya no es rentable
A mi también me inquieta lo de alargarla hasta que dure el fenómeno. Creo que las series dramaticas deben durar un máximo de seis temporadas. Habrá que confiar en Robert Kirman y AMC.
Gracias por el comentario.
[…] varios días hasta llegar a los estrenos con menos de 24 horas de diferencia, en el caso de The Walking Dead incluso ya doblada. Por supuesto, sigue habiendo por ahí quien no puede esperar a la noche para […]