Juego de Tronos cierra su temporada más brillante

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Final de la cuarta temporada

La cuarta temporada de Game of Thrones ya se ha acabado. Toca esperar casi un año para continuar con las aventuras que se han quedado a medio camino, y las que están por llegar. Esta última entrega ha sido la más brillante de las que llevamos hasta ahora, y lo dice alguien que si le preguntaban, no situaba la serie de HBO entre mi top 5. Eso sí, hoy por hoy te digo que hasta ahora, es lo más destacado del año.

Esta entrada contiene spoilers de toda la cuarta temporada

Game of Thrones tiene todo lo que le puedes pedir a una historia épica-medieval, pero también mucho más. Su nombre es perfecto para el modo que sus creadores han decidido contarla. Y, por tanto, es capaz de gustar a gente de todo tipo de gustos. Los amantes de las batallas y efectos especiales pueden estar contentos esta temporada tras la gran batalla del noveno capítulo, The Watchers of The Wall, que supera ampliamente a la lucha naval de Aguasnegras. Los amantes de los diálogos, del comportamiento humano, del cine (y las series) más personal también son capaces de disfrutar con unos personajes versátiles y complejos, así como unos actores francamente buenos, véase el caso de Peter Dinklage (Tyrion Lannister), cuyo monólogo en el juicio bien vale un Emmy, ya veremos si se lo dan. Pero eso no es todo, pues también podemos disfrutar del amor, el abundante sexo y la siempre necesaria sangre.

Tyrion fondo negro

Ya nos dijeron que no iba a haber un gran shock como la emblemática boda roja, pero si sumamos todas las pequeñas sorpresas, ésta se queda un poco pequeña. Para empezar hemos tenido otra boda cromática, en este caso púrpura, en la que tuvimos una placentera, aunque efímera sensación de justicia por una vez en esta serie. Aunque después lo hemos pasado francamente mal con la acusación injusta a Tyrion, cuyo juicio demostró de lo que es capaz Dinklage, un actor como la copa de un pino. En Desembarco del Rey es donde hemos vivido los momentos más intensos de la temporada.

Como es habitual, George R.R. Martin nos ha forzado amar a las personas incorrectas. Un engaño cruel que sirve para rompernos el corazón, no ha sido la primera vez, y apuesto a que no será la última. Y esta temporada nos han dejado tres personajes secundarios pero muy queridos por la audiencia. Primero fue Oberyn Martell (Pedro Pascal), que se fue de la manera más cruel, en un momento de esos que no se olvida nunca, uno de esos en los que sientes que has visto historia seriéfila, sorprendente y cruel a partes iguales, a manos de la Montaña. El amor también ha sufrido un duro revés con la muerte de la salvaje Ygritte (Rose Leslie), cuya interesante aventura junto a Jon Nieve no podía acabar de otra forma tras la huida del bastardo. La última era una muerte esperada, tarde o temprano, pero no por ello menos sentida. El Perro (Rory McCann) había sido presentado como un ser detestable pero, sin abandonar ese estatus, se ha ganado nuestro cariño merced a esa relación tan especial como extraña que ha forjado con Arya.

La extraña pareja

Hemos podido observar la evolución de muchos personajes esta temporada. Lo más interesante ha estado en la malograda familia Stark, donde por fin hemos visto dotes de mando y carisma de líder en el hasta ahora anodino Jon Nieve, cuya madurez ha salvado a Castillo Negro de los salvajes, que ahora se podrían presentar como unos nuevos aliados. Pero también sus hermanas han crecido mucho desde que empezara la serie. Sansa ha jugado siempre el papel de damisela en apuros, débil y poco inteligente, pero se ha despojado de éste gracias a su experiencia en Desembarco del Rey, donde ha desarrollado el instinto de supervivencia y se ve que ha aprendido bien a ser astuta al haber aprendido de los mejores, claro está, los Lannister. Por último, Arya, superviviente a la fuerza, se ha destapado como una cruel asesina que será muy difícil de matar o apresar. Cada momento de la chica en pantalla es un compendio de frases lapidarias y justicia poética.

Pero, ¿quién acaba al alza y quién a la baja? Al alza, por supuesto, Tyrion, cuyo arrebato homicida ha sido uno de esos momentos grandes de la serie, junto a él Jamie, que se ha posicionado finalmente del lado de la justicia. Aunque es cierto que en el juego de tronos, su familia ha quedado descabezada y, por tanto, muy debilitada de cara a conservar el poder. También en horas bajas está la Khaleesi, que se ha dado cuenta que romper cadenas es fácil con un gran ejército de inmaculados, pero mantener el poder es una tarea mucho más difícil, y ahora le falta un consejero después de apartar a Sir Jorah Mormont. Gobernar un reino le va a costar tanto como controlar a sus dragones. Al otro lado de la balanza, tenemos a los apaleados Stark, que parecen levantar cabeza gracias al talento de Jon Nieve y a los avances del joven Brandon, que tiene la llave para combatir al enemigo real de toda la saga, no nos olvidemos. También al alza termina el menos atractivo de los aspirantes al trono, Stannis Baratheon, que ha logrado reunir a un poderoso ejército y se ha postulado como salvador del mundo de los hombres.

El salvador del Muro

Podría estar escribiendo días sobre lo que me ha fascinado de esta temporada de Game of Thrones, pero estas han sido las líneas generales de lo que hemos podido ver este año. Ahora toca esperar al siguiente para seguir disfrutando de la épica, las intrigas palaciegas, la sangre, su mundo injusto y los giros argumentales que ha creado George R.R. Martin, sin olvidarnos de David Benioff y D.B. Weiss, que han sintetizado con éxito una obra mucho más extensa que la que aparece en pantalla, y sin perder el sello de calidad que marca la HBO. ¿Qué te ha parecido esta temporada? ¿Cuáles han sido los mejores momentos para ti?

Archivado en Análisis, Crítica, Cuarta temporada, Game of Thrones, HBO
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