Prácticas del cuerpo: las artes marciales chinas (Primera parte)

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El arte marcial chino como práctica corporal

Hablemos del cuerpo. Lo que está ante la mirada es lo evidente, lo que puede constatarse con el simple hecho de abrir los ojos. Pero mi cuerpo no está ante los ojos, sino detrás de ellos. No somos seres visibles para nosotros mismos. De aquí que lo que parece tan dado, lo aparentemente inmediato, requiere siempre de una acción que le ponga en evidencia, es decir, que le ponga ante el escrutinio de la mirada.

Para nadie es un secreto el hecho de que la conciencia está estrechamente vinculada con la mirada. Lo consciente es lo que pertenece a la vida diurna, lo que aparece en el estado de vigilia y aquello de lo que podemos dar cuenta a través del discurso. La claridad, la luz, la visión, son todas categorías de la conciencia. La noche, la sombra, la ensoñación, por el contrario, pertenecen a ese ámbito de lo inconsciente: todo aquello que se sustrae a la conciencia.

Instructor de Xingyiquan

No es casualidad que el cuerpo sea el lugar donde el síntoma de lo que nos aqueja inconscientemente se hace patente. El cuerpo no está ante los ojos, no es un objeto que el sujeto pueda poner ante la mirada sin la mediación de un artilugio como el espejo. Sin la herramienta reflectante –que también puede ser la mirada del otroel sujeto no puede escapar a una perspectiva parcial y fragmentada de su propio cuerpo. El ejercicio, por tanto, se juega en una frontera entre la luz y la sombra, entre el dominio luminoso de la consciencia y el de la ensoñación inconsciente.

Este juego en el que los opuestos aparentes se interrelacionan y complementan constantemente resulta mucho más cercano a las tradiciones de Oriente. Hoy nos acercamos un poco a ese territorio y, particularmente, al monte Song, en la provincia de Henan, China. Ahí se sitúa el templo Shaolin, lugar de encuentro y fusión de las más potentes tradiciones de Oriente. Es ahí donde nace una auténtica leyenda que encarna en el nombre de Bodhidharma.

El texto fundacional del taoísmo

Una de las vertientes de este manantial de tradiciones está en la conexión con las artes marciales chinas o wushu. Destacan en el mundo las tres formas de lo que se considera como artes marciales interiores: taijiquan, baguazhang y xingyiquan. Todos erigidos sobre la base de las teorías del yin-yang y de los cinco elementos, es decir, una práctica corporal con una base de corte neoconfucianista que reúne elementos del budismo y el taoísmo. Pero más que centrarse en la teoría y la historia, es momento de emprender un diálogo para buscar acercarnos a la práctica. De aquí que sea necesario acudir a la figura del maestro, del transmisor de un estilo que madura en el tiempo gracias a sus bien fundadas raíces.

Dialogamos entonces con Juan Manuel Clavero Fábregas, profesor 2º Dan de Tai-Chi-Chuan por el Instituto de Wu-Shu de Barcelona y Entrenador Regional de Tai-Chi por la Federación Madileña de lucha. Practicante de disciplinas como balonmano, atletismo y excursionismo, obtuvo el título de monitor provincial polideportivo en la residencia Blume. Continuó practicando escalada en roca, en hielo, alpinismo, esquí alpino, esquí de fondo y esquí de travesía, además de cursar 2 años de Filosofía y letras en la Universidad de Barcelona.

Su primer contacto con el Wu-Shu fue mediante el aprendizaje del Tai-chi, con la intención de ganar elasticidad, psicomotricidad y concentración mental para los deportes de montaña que practicaba. Ha continuado su formación en el arte marcial chino, completando los estudios de los estilos internos de Wu-shu como Tai-chi Yang, Tai-chi Chen, Xing-yi Quan, Pakua Quan, Tai-chi Quan you y Neija Quan. También ha practicado Tai-chi Sun y Tai-chi Wu. Pero la preparación es un camino constante, por lo que en la actualidad está formándose en los estilos de Hungar Quan y en las armas de Shaloin Norte.

En la postura del halcón Enseña y practica diferentes series y ejercicios de Qi-gong, además de enseñar Tai-Chi Yang y Chen en los gimnasios Holmes Place de Barcelona y dar clases y cursos de Xing-yi, Neija Quan, Chen Laojia, y Yang en el Instituto de Wu-shu de Barcelona. Hoy nos regala unos minutos para ayudarnos a comprender mejor la importancia de una práctica corporal como la del arte marcial chino.

Carlos Girón: Al tener una fuerte influencia de las grandes tradiciones filosófico-religiosas de Oriente el estilo que usted practica parece ir más allá de lo marcial. ¿Qué otras aplicaciones pueden tener estas prácticas?

Juan Manuel: El arte al que me dedico no es una práctica oportunista ni inventada, es una disciplina heredada, fruto del estudio, dedicación, trabajo y observación de muchas generaciones de practicantes. Para responder a esta cuestión me remitiré a la respuesta que dieron mis antecesores. Cuando se le hizo la misma pregunta al maestro Wang Xiang Zhai el maestro respondió:

En primer lugar sirven para mejorar y revitalizar la salud de los practicantes. También sirven para tejer la amistad y relaciones sinceras. En tercer lugar sirven como defensa, en el caso improbable de que nos veamos obligados a defendernos a nosotros mismos o a nuestros seres queridos. Por último diré que sirven para alterar el curso del destino y transformar nuestras vidas.

C.G: Esto sin duda está en la línea de esa búsqueda de formación integral del guerrero, sanador y sabio. Una interesante conexión entre la triple dimensión de la seguridad, la salud y la sabiduría. En esto no deja de resultar llamativo el hecho de que para entrar en contacto con una energía inmaterial se opte por una práctica corporal. ¿Cómo se vive la práctica de las artes marciales chinas? ¿Cuál es la experiencia?

El símbolo del taijiquanJ.M.: La vida es un misterio, el hombre es un misterio, la conciencia es un misterio. La separación de lo material y lo inmaterial es un espejismo de la mente, la solidez del cuerpo es ilusoria. Lo realmente apabullante es el misterio de la percepción. ¿Con qué parte de nuestra configuración humana percibimos? ¿Con la material o la inmaterial?

Por otro lado, la práctica nos lleva a un conocimiento personal, el desafío de un artista marcial es consigo mismo. Un compromiso con el espíritu por limpiar su vida de toda mezquindad y acrecentar su poder para brillar con luz hasta que pierda su individualidad y se una otra vez al océano de la conciencia universal. En este sentido la experiencia consiste en adiestrar nuestra mente para que supere todos los obstáculos y permita dedicar tiempo al trabajo corporal. Éste, con la disciplina y prácticas adecuadas, regulará nuestros estados mentales y emocionales, creando un ahorro energético que incrementará nuestro poder. Entendiendo por poder el ser capaz de….

Todo esto nos hará vibrar en otra longitud de onda, siendo capaces, entonces, de alterar nuestro destino de seres normales y corrientes. Así es posible liberarse de ser siempre empujado por las circunstancias, como las hojas a merced del viento.

C.G.: Sumamente interesante esta perspectiva de la ilusión y el camino de empoderamiento que implica una armonía entre cuerpo y mente. Para profundizar en esto, ¿cómo podría pensarse la relación mente-cuerpo o alma-cuerpo desde la práctica de las artes marciales chinas?

Las artes marciales y sus formas con armas

J.M.: La relación en la práctica en realidad aúna tres aspectos del ser: el intelectual o analítico, el emocional y el orgánico o físico. Dentro de este último podríamos separar el terapéutico y el deportivo. Las artes marciales chinas, hace un par de siglos, se dividieron por sus investigadores y practicantes en internas y en externas. Como todas las clasificaciones, obra de la mente analítica, así como el universo, están formadas de proposiciones contradictorias. Como el símbolo del Tai-chi, conocido popularmente como el yin-yang. Dentro de lo blanco siempre hay un punto negro y dentro de lo negro siempre hay un punto blanco. Quiero decir con esto que toda la práctica del arte marcial chino está imbuida por el control y uso de las emociones, las técnicas de defensa personal o arte de la guerra, la medicina tradicional China, la condición física óptima, el camino de la comprensión de la conciencia de ser, e incluso la mítica iluminación. Dependiendo de su origen, de la herencia de sus practicantes y de las necesidades durante su desarrollo, algunas enfatizaran unos aspectos y otras priorizarán otros.

C.G.: Entiendo entonces que se trata de una relación dinámica de constante interacción. Esto, asumo, estará orientado por los objetivos buscados, es decir, por el sentido que se le da al camino que se ha de recorrer con la práctica del arte marcial. Hablemos un poco entonces de estos objetivos… (Continuará)

Archivado en Artes marciales, China, Corporalidad, Filosofía del cuerpo, Prácticas del cuerpo, Taijiquan, Wushu, Xingyquan
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