En el Museo Thyssen-Bornemisza, “El ritmo de la tierra”

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Desde el 24 de septiembre del 2013 al 6 de enero del 2014 el Museo Thyssen-Bornemisza abre al público la séptima entrega de la serie “Miradas cruzadas”, dedicada a la representación del paisaje en dos épocas y lugares diferentes. Esta vez con el título “El ritmo de la tierra” podremos observar y analizar dos periodos muy interesantes en el arte: Paisaje holandés del siglo XVII y americano del siglo XIX. Es una muy buena oportunidad para conocer estas obras, y además el acceso es gratuito.

Paisaje holandés del siglo XVII

Coincidiendo con la celebración de su 20 aniversario, el Museo Thyssen Bornemisza puso en marcha una nueva y curiosa actividad expositiva que con el título genérico de “Miradas cruzadas”, ha presentado periódicamente una instalación especial de alguna obra procedente de sus colecciones.

La intención ha sido potenciar la idea de museo como lugar de conocimiento, dando la oportunidad al espectador de involucrarse en la obra y desarrollar un tipo de mirada pausada y reflexiva que pueda despertar nuevas interpretaciones.

El próximo martes, el Museo Thyssen-Bornemisza abre al público la séptima entrega de la serie “Miradas cruzadas”, dedicada a la representación del paisaje en dos épocas y lugares diferentes.

Bajo el título “El ritmo de la tierra”, nos muestra el paisaje holandés del siglo XVII y americano del siglo XIX, a través de diez obras del Siglo de Oro holandés y de pintura norteamericana del siglo XIX de las colecciones permanentes del Museo. Será en el balcón mirador de la primera planta y con acceso gratuito desde el hall central.

Pintura siglo XIX

Esta nueva instalación mostrará la influencia que el paisaje holandés tuvo sobre el americano, un tema que ya apuntó en 1980 la historiadora del Arte Barbara Novak en uno de sus libros más conocidos, dedicado a la pintura norteamericana de paisaje entre 1825 y 1875.

Ambas escuelas, con diferentes estilos y lenguajes artísticos, eligieron el paisaje como género pictórico fundamental de sus obras, convirtiéndolo los primeros en un género independiente y los segundos en un medio de expresión de profundos sentimientos. Ambas escuelas, con diferentes estilos, se centraron en el paisaje como género pictórico para la realización de sus obras.

Para los holandeses fue un género independiente, destaca la precisión de los pequeños paisajes invernales invadidos por diverso personajes que se pierden en ellos.

Paisaje holandés del siglo XVII

Se trata de una pintura que se destacará por su sencillez la compositiva y sus atmósferas y brumas, con un ambiente plateado de colores sobrios y suaves. Los ríos y el mar serán los protagonistas de estas composiciones.

Para los artistas norteamericanos constituyó un medio de expresión de profundos sentimientos. Desde el romanticismo más profundo al naturalismo, el paisaje norteamericano nos cuenta su historia, la de una emigración constante.

Reflejan lo salvaje de sus territorios. Paisajes reales con una visión “sublime” de la Naturaleza. Pequeños y tranquilos cuadros de un detallismo sorprendente.

La exposición está organizada en torno a cuatro apartados: “La tierra sin límites”, “Naturaleza rural”, “En el camino” y “Rincones de bosque”. Es una exposición que te transportará a un mundo de paisajes y a otras épocas y territorios. Sin duda una buena ocasión para viajar por los diversos paisajes.

Archivado en Miradas cruzadas, Museo Thyssen-Bornemisza, Paisaje americano del siglo XIX, Paisaje holandés del siglo XVII
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