A menudo no tratamos en el blog la cantidad de series españolas que deberíamos pero su evolución en los últimos tiempos me parece motivo más que suficiente para volver a tratarlas con asiduidad. Hace unas semanas repasábamos el destacado estreno de Victor Ros en TVE y ayer presenciamos en Antena 3 la puesta en marcha de un nuevo producto de Bambú y Antena 3 que está dando mucho de qué hablar, y esperemos que dé mucho más aún, Bajo Sospecha.
La alianza entre la productora y la cadena está dando como resultado unos productos cada vez más maduros, con un factura técnica sobresaliente y guiones cada vez mejor ejecutados y con más libertad creativa. La idea de Bajo Sospecha no es nueva sino que es descendiente directa de otros exitosos thrillers europeos recientes como Broadchurch o Forbrydelsen que, si bien éstas tampoco aportaban nada nuevo al género, es cierto que su éxito de público lo ha revitalizado en cierto sentido. La serie nos plantea un quienlohizo con un espectro muy amplio de sospechosos que no hará más que complicarse semana a semana hasta estrechar el cerco sobre el culpable. Un argumento digestivo y muy adictivo para todo tipo de público aderezado con varios factores que le otorgan cierto valor añadido, como la relación entre los dos policías infiltrados, muy diferentes en todo y que tendrán que aprender a convivir, un entorno rural idílico y un pueblo que esconde muchos secretos. Dicho así suena muy Twin Peaks, ¿verdad?
Como decíamos, uno de los puntos fuertes de la serie es su factura técnica, la fotografía transmite mucha inquietud, tensión y mucha belleza, y la dirección es impecable gracias al trabajo de grandes profesionales como Silvia Quer y Jorge Sánchez Cabezudo. Tampoco está nada mal el guión, que no deja hueco para los rellenos sentimentaloides a los que estamos demasiado acostumbrados y va al grano desde el minuto uno. Además, los diálogos son muy coherentes y concisos. También acierta en la creación de personajes de muchos tipos, como los de Yon González y Blanca Romero, totalmente opuestos y condenados a entenderse, o la relación entre el matrimonio Vega (fantástica Alicia Borrachero, como siempre) entre ellos y con respecto al resto del pueblo, o el amigo de la familia discapacitado mental que puede tener pistas esenciales sobre la resolución del caso. Muy bueno, por tanto, el trabajo de Ramón Campos y Gema R. Neira, no es fácil desarrollar tantísimos personajes y presentarlos de forma tan clara en el piloto.
Como contrapartida, hay momentos en los que no nos podemos olvidar de los habituales tics de las series españolas de cadenas generalistas. La decente presentación de personajes se ve empañada por la forma tan poco sutil de hacer parecer culpables a todos ellos, como si del Cluedo se tratase. Hemos dicho anteriormente que la mayoría de los actores cumplen a la perfección con sus papeles pero el punto débil es Blanca Romero que, al menos en el piloto, se ha mostrado demasiado inexpresiva, llevando demasiado al extremo la contención que su personaje requiere.
A la emisión de su piloto no le fue nada mal anoche ya que registró un 21% de share y más de cuatro millones de espectadores de media, un gran dato para ser noche de Champions League, aunque en las próximas semanas se le puede complicar por la dura competencia que tendrá con El Ministerio del Tiempo, la nueva serie de La 1, que fraccionará a su público. Sea como sea, Bajo Sospecha es un producto notable que sigue la línea ascendente que está mostrando en los últimos tiempos la ficción televisiva española, recortando así distancias con el resto de Europa y sus obras maestras de los últimos tiempos. Estoy seguro de que no queda mucho para que veamos LA gran serie española.