La semana pasada se estrenó una serie que teníamos muchas ganas de ver desde que allá por abril del pasado año fuera emitida por Movistar TV, Víctor Ros. Ha tenido que pasar casi un año para poder disfrutarla en abierto de la mano de TVE. La ficción, protagonizada por Carles Francino, tiene varios puntos fuertes y otros muy débiles, que desgranamos a continuación.
En primer lugar tenemos que destacar uno de sus aspectos negativos, el abuso de cromas, tanto en planos generales como en planos contraplanos, en los que si no se hace de forma correcta (a veces ni siquiera así) quedan francamente mal. Por supuesto, no estoy criticando su uso, que es muy necesario sobre todo en series de época pero creo que muchas situaciones se podrían haber resuelto con una mejor escenografía sin más artilugios técnicos. Dicho esto y, repito, en los planos generales el resultado es aceptable.
Una de las cosas que más se le ha echado en cara a Víctor Ros ha sido el apartado interpretativo. Yo creo que en este apartado las criticas son injustificadas hasta cierto punto. Es cierto que algunos están por debajo de lo que deberían pero el trabajo de Carles Francino es bueno y Megan Montaner está correcta por fin tras unos cuantos papeles mediocres. Me gustaría hacer hincapié que las voces y la dicción de alguno de los actores, a diferencia de la mayoría de series españolas, me han parecido de lo más positivo. Tanto Francino como Tito Valverde transmiten mucho con ambos aspectos interpretativos. En cuanto a la construcción de los personajes, casi todos están muy contenidos, tanto que en ocasiones parecen demasiado fríos, se echa en falta que se desaten un poco más, aunque supongo que debemos de darle un poco de tiempo.
Vayamos a otro de los puntos fuertes de la serie, que no es otro que los guiones, algo que rara vez podemos decir de una ficción española. Víctor Ros es muy entretenida, sus casos tienen gancho y su resolución es bastante ingeniosa. Nunca he ocultado que me encanta cuando en los procedimentales se reúnen todos al final, explican el caso y desvelan al culpable, algo que hace magistralmente Los misterios de Laura. Además del punto teatral, que aquí considero positivo, creo que los diálogos son múy atractivos, más allá del realismo que puedan tener (o no) o más allá de lo simples o estereotipados que estén, creo que es una serie que se los puede permitir por su temática y estilo.
Hemos de tener en cuenta que no podemos juzgar la serie por los patrones de calidad en los que nos basamos para evaluar las ficciones norteamericanas, aunque creo que no tiene nada que envidiar a algunos procedimentales de las networks. En definitiva, creo que Víctor Ros es un producto con un nivel muy aceptable, que busca el entretenimiento esencialmente con honestidad sin dejar de lado el reflejo de los problemas de la sociedad de la época y sus referentes culturales, algo que no se suele ver en otras ficciones de nuestro país, que además de tener un nivel bastante bajo, se permiten el lujo de disfrazarlas de buena serie.
