El comienzo de 2015 está siendo glorioso en cuanto a estrenos de series nacionales. La semana pasada empezó en Antena 3 la nueva ficción de Ramón Campos Bajo Sospecha, que ha sido líder de audiencia las dos semanas que lleva en emisión, y esta semana ha sido TVE la que ha estrenado otra ficción de altura, El Ministerio del Tiempo, que promete ser la serie del año en nuestro país.
La expectación ante la puesta de largo de la nueva serie de los hermanos Olivares (Isabel, Víctor Ros) ha sido espectacular pues ha conseguido poner de acuerdo a todos los críticos que tuvieron la suerte de asistir al pase de prensa. Eso no suele ser fácil y en cuanto a ficción española, casi imposible (o demasiado posible en el sentido contrario). El único pero ha sido la programación de las dos el mismo día, que ha restado fuerza a El Ministerio del Tiempo, aún así casi tres millones de espectadores y un 14,8% de share es una cifra muy decente que seguro que va subiendo semana a semana gracias al boca a boca y al cambio de día que se confirmaba ayer mismo, pasando del martes al lunes. Buenas noticias para los que queremos seguir estas dos buenas series.
Dejando de lado los datos cuantitativos, vamos a lo que nos interesa que es la serie en sí. El Ministerio del Tiempo es una auténtica genialidad de principio a fin. El punto de partida es interesante por sí solo, un Ministerio que se dedica a impedir que la historia cambie gracias a unos funcionarios que viajan en el tiempo constantemente. También es genial que la serie haya sido concebida como una mezcla de géneros: aventura, ciencia ficción, drama y, por supuesto, y esto es lo mejor, comedia, muy inteligente y plagada de referencias culturales propias de los españoles y su idiosincrasia.
Pero un buen punto de partida no es suficiente si no se tienen unos personajes carismáticos y bien escritos, pero resulta que El Ministerio del Tiempo los tiene. Cada uno de su época y su condición y éste es su punto fuerte. Mezclar personajes diametralmente opuestos entre sí y obligados a trabajar juntos puede dar pie a un sinfín de situaciones a cuál más hilarante, interesante o incluso terrorífica. No hay límites para la serie y cada semana va a ser distinta, tanto como la época que visitan. Además, los cameos están servidos, como ese que hemos podido ver de Isabel la Católica interpretada por Michelle Jenner.
Para que todo esta sea mínimamente creíble, el apartado técnico tiene que estar a la altura y vaya si lo está. La dirección de los capítulos es exquisita, con una elección muy buena de planos en la que no faltan grúas y travellings, dando espectacularidad al conjunto. También la dirección de actores, que consigue que los buenos al fin lo parezcan, mérito conjunto con los excelentes diálogos y unas tramas creíbles. Por último, los efectos visuales son casi perfectos, pasan inadvertidos cuando deben y recrean escenarios con un realismo que no estamos acostumbrados a ver en la ficción española, véase la falta de presupuesto en Víctor Ros.
El Ministerio del Tiempo va a ser la serie española de 2015 sin duda y si no lo es, estaremos de enhorabuena porque significará que alguien ha hecho algo mejor que lo que en estos parece insuperable. Lo que está claro es que en nuestro país se pueden hacer series arriesgadas, de género y que lleguen a un público heterogéneo. Muchos directivos han menospreciado durante mucho tiempo al público español, dándole costumbrismo barato a las señoras de Cuenca, pero a quien han ninguneado durante todo este tiempo ha sido a los creadores. Guionistas sin libertad, encorsetados, actores obligados a leer líneas demenciales y muchos profesionales técnicos entregando resultados cutres, no por falta de talento sino por presupuestos de risa. Esta serie nos pone en el mapa seriéfilo europeo señores. Somos españoles pero ya no improvisamos.
Muy buen comienzo ya estoy deseando ver el segundo episodio.