No hace mucho hablábamos en este blog de las primeras impresiones que nos habÃa causado esta serie, emitida por el canal de cable norteamericano FX (FOX en España). Hace ya varias semanas que términó, pero The Bridge es una serie que hay que dejar reposar, reflexionar sobre su temática y recrearte viéndola. No es una de esas que puedes tragártela en una tarde de domingo.
Ya hablábamos de que The Bridge no era lo que parecÃa. Un cadáver cortado por la mitad justo en la lÃnea fronteriza entre México y Estados Unidos es la excusa perfecta para despertar el interés en el espectador, pero sólo es la pequeña punta del iceberg. A diferencia de su serie matriz, la coproducción sueco-danesa Bron/Broen, las diferencias culturales entre los dos protagonistas son mucho más acentuadas en el caso de la norteamericana.
La incapacidad para relacionarse de Sonya Cross (Diane Kruger) enfrentada al don de gentes que tiene su compañero de fatigas, Marco Ruiz (Demián Bichir), provoca cierta inquietud en el espectador en los primeros capÃtulos, pero a medida que avanza la acción vemos que su conflictiva relación se va convirtiendo en necesaria para poder avanzar en el caso. Son dos personalidades complementarias, no contrapuestas. Bichir está genial durante toda la temporada. Kruger también hace un gran trabajo, precisamente por lo contenido que es su personaje. Lo cual nos sugiere que Sonya irá creciendo temporada a temporada, a medida que se desate emocionalmente. Los secundarios de esta serie bien podrÃan pasar como principales (que no protagonistas). Las diferentes subtramas están ejecutadas a las mil maravillas por esos actores que rara vez veremos encabezando un reparto, pero de los que nos enamoramos y pueden llegar a servir de excusa para ver una serie o pelÃcula.
Algunas de estas subtramas apenas tiene relación directa con la trama principal. Sólo tangencialmente. Pero intuimos que durante las sucesivas temporadas, cobrarán importancia en las nuevas aventuras de Sonya y Marco. Una de ellas, la protagonizada por Charlotte (Annabeth Gish), será muy importante en el futuro ya que su túnel, que une ambos lados de la frontera, promete ser una gran fuente de problemas. La historia de la periodista Adriana (Emily RÃos, Breaking Bad), cuya hermana desaparece tras volver de trabajar en una maquiladora, será uno de los ejes sobre los que girará la segunda temporada. La serie se meterá de lleno en el problema de los feminicidios de Ciudad Juárez, pero no olvidará otros males endémicos de esa frontera, como el tráfico de drogas y la inmigración clandestina. Éstas serán las tres patas sobre las que se sostendrá la serie en el futuro.
Sus creadores asà lo han demostrado con la resolución del caso principal, que llegó dos capÃtulos antes del final de temporada. Nos lo prometieron muy dramático y asà fue. El secuestro de Gus, el hijo de Marco, acaba de la peor manera posible. A pesar de los intentos de Sonya por encontrarle, no pudo llegar a tiempo para salvarle la vida. El clÃmax nos recordó al final de Seven, pelÃcula en la que el asesino, de la misma forma, pretendÃa cerrar el cÃrculo con su propia muerte. Aunque esta vez el final es diferente, para desgracia de nuestro protagonista, que no hubiera pestañeado de haber tenido ocasión. Los dos capÃtulos finales pierden intensidad, pero a mà me parecen los mejores de la serie hasta el momento. Drama en estado puro. Inolvidablemente desgarradora es esa secuencia en la que el coyote Brian Linder (Thomas M. Wright), junto con otras muchas madres de chicas desparecidas, busca el cadáver de su pretendida.
Marco Ruiz es ahora un hombre destruido. No tiene nada que perder y quiere venganza. No sólo contra el verdugo de su hijo, Kenneth Hastings (Eric Lange), sino contra toda la injusticia que reina a su alrededor. La propia policÃa mexicana y los cárteles de la droga no están a salvo de él, lo cual promete darnos grandes momentos en el futuro. Esto no ha hecho más que empezar.