La vida es corta y el día sólo tiene 24 horas, por lo que se hace muy difícil ver todas las series que tienes en la lista de espera, pero este fin de semana encontré un resquicio en mi agenda seriéfila para ajustar cuentas con una que me perseguía desde hacía tiempo, Orphan Black. Este drama de ciencia ficción de BBC America volvió el pasado domingo con su segunda entrega y promete seguir acaparando reviews tras su inicio fulgurante.
Drama de ciencia ficción es una forma estándar de llamarla, pues en realidad Orphan Black es una serie multi género que ofrece muchas posibilidades diferentes de disfrutarla. Hay episodios muy cercanos al terror psicológico, en casi todos hay mucha acción y otros son auténticas joyas de la comedia de enredo, como el sexto capítulo. Y lo consigue gracias a los diferentes clones perfectamente encasillables. Podemos decir que Helena pone la pizca de terror, Sarah la acción conspirativa, Cosima la ciencia ficción y Alison, la comedia. Para una actriz debe ser muy complicado ejecutar con garantías tal cantidad de registros, aspectos y acentos (cada una con el suyo), pero Tatiana Maslany cumple con creces, no en vano se ganó una merecida nominación en los pasados Globos de Oro. Es una de esas caras que gusta ver en pantalla y eso es un valor adicional para la serie.
Me ha sorprendido gratamente la forma de tratar la temática de los clones, algo que no había visto antes. Me gusta mucho que la historia no se sitúe en un futuro catastrofista, han acertado mezclando este presente aburrido, introduciendo únicamente este avance de la ciencia. De no haber sido así, probablemente me habría bajado del barco. Además, introduce una cuestión interesante: ¿habrá ocurrido esto en realidad? Conociendo lo que vamos conociendo de las grandes corporaciones y los gobiernos, no me extrañaría nada en absoluto. Otro de los puntos fuertes es la marginalidad inicial de Sarah, su amigo Felix y su novio Vic, que busca el choque con los demás clones y ayuda a esa transformación de ella en Beth.
No esperemos ver a Orphan Black encabezando ningún ranking de mejores series del año. Es una de esas historias que enganchan al máximo, desde el primer minuto y es carne de maratón pues una vez se prueba el primer bocado, no puedes parar hasta que la devoras. Es la intriga y la parte misteriosa de no saber de qué va el tema lo que gusta de esta serie, pero es esto precisamente lo que puede resultarle fatal, pues alargar el suspense puede aburrir demasiado como ya ocurrió con Lost. De momento creo que sus guionistas lo están haciendo muy bien porque la acción transcurre muy rápidamente y sus tramas son bastante dinámicas.
Lo mejor de todo es que Orphan Black no está concebida para ser una gran serie que pase a la historia y sus creadores no se lo han planteado, han sido honestos y han creado un producto altamente adictivo, con mucha acción y giros argumentales. Buscan entretener en el sentido más estricto de la palabra, y lo consiguen, aunque para ello el espectador tiene que hacer algunas concesiones, pues en ocasiones recurre a los deux ex machina para solucionar callejones sin salida. En muchas ocasiones esto me irritaría profundamente, y no quiero mencionar a The Following, pero aquí estan hechas de forma que no molesten demasiado.
Me parece una opción muy recomendable pues nos ofrece un entretenimiento puro a medio camino entre una producción de cable, más seria, y entre las clásicas series de las networks, que antepone aglutinar al mayor número de espectadores a la calidad de los guiones. Yo le doy mi beneplácito ya que hacia mucho tiempo que no disfrutaba así de una serie de acción y creo que es apta para todo tipo de públicos. Y tú, ¿has visto Orphan Black? ¿Qué te parece El trabajo de Tatiana Maslany?
