Estos últimos días he estado siguiendo una especie de campeonato de series españolas, llamado Guerra de series, que ha organizado El País junto con su blog de series Quinta temporada. La cuestión es que en cuartos de final se enfrentaron Crematorio contra Los hombres de Paco. Tuve que contemplar cómo la serie de Canal+ perdió contra la de Antena 3, lo cual me hizo reflexionar sobre el panorama seriéfilo nacional.
Me llamó mucho la atención, sobre todo, porque Quinta temporada es un blog que suele tratar series de calidad y de forma muy acertada, por lo que imagino que sus lectores no son el típico público objetivo de Los hombres de Paco o Aída, por ejemplo. Ésto hace que el resultado sea más que sorprendente. No es que la guerra de series planteada tenga valor científico ni nada de eso, pero llama la atención cómo valoramos los españoles lo que vemos por televisión.
Por supuesto, hay que tener en cuenta el hecho de que Crematorio es una serie minoritaria, por haberse estrenado en una plataforma privada y por ser una event serie, y que Los hombres de Paco fue un fenómeno de masas durante varias temporadas. Aún así, muchas más veces de lo que sería deseable, los telespectadores dan la razón a los ejecutivos de las cadenas, quienes han decidido no jugarse ni un sólo euro en temas más arriesgados, guiones más trabajados y personajes más estructurados. Esta falta de educación audiovisual que padece nuestra sociedad, junto con la desidia de estos jefazos, son los elementos que impiden una evolución de nuestra ficción televisiva.
No pretendo convertir la industria española en la americana de la noche a la mañana, pero no hace falta cruzar el charco para obtener buenas referencias. Si nos quedamos en Europa, podemos ver ejemplos de series punteras en países pequeños, con audiencias y presupuestos menores que los que se manejan aquí. En los países nórdicos se han hecho series que se han adaptado en Estados Unidos, como Bron/Broen (The Bridge) o Forbrydelsen (The Killing), o Hatufim, la serie israelí de la que proviene Homeland.
De las series inglesas ya ni hablamos, porque su calidad está alcanzando y, a veces superando, a las americanas. La cuestión es que los guionistas y creadores tienen que rebelarse y crear series más complejas. Desde la revolución vendrá el cambio. Y, aunque nos duela, creo que la ficción española ha involucionado en los últimos veinte años, bajando el nivel de grandes obras que se hicieron en los 80 por culpa de la guerra por la audiencia. ¿Qué te parece este resultado de la Guerra de series? ¿Crées que se puede reeducar a las audiencias para que elijan productos de más calidad? ¿Crées que con presupuestos similares se podrían obtener mejores series?
Muy interesante tu artículo, Miguel. Esto daría para completar el blog de un mes. Y espero que se reflexione más sobre este asunto, porque es muy interesante. Yo, desde que Lost venciera a Los Soprano, dejé de interesarme por estas “guerras de series” propuestas por El País. Yo algunas de las razones que veo a la victoria (que para nada me sorprende, por cierto) de “Los hombre de Paco” a “Crematorio” es que ni TVE tiene la capacidad de poder acaparar al público que tiene Antena 3 y por esta misma razón, pese a que Quinta Temporada sea un blog de series de todo tipo, el publico, mayoritariamente, es el de El País, es decir, un público que debería ser diverso…pero ya sabemos que no lo es. Una pregunta que yo haría sería la siguiente: ¿alguien conoce Crematorio? Y en la respuesta está la razón de la victoria de un producto tan comercial como estereotipado como es Los hombres de Paco. Y, terminando ya, entiendo que la producción televisiva en este país no de para Juego de Tronos, ni Mad Men, ni los Soprano ni siquiera a Sherlock (y que un posible presupuesto se destine a productos que saben de antemano que van a vender), pero que no se pueda hacer algo como la serie británica “Dates”, no lo entenderé jamás.
Perdón por la extensión del comentario y, de nuevo, genial trabajo, Miguel.
en este país no dé* para Juego de Tronos. Perdón por la falta ortográfica. Mi pelea con el teclado en la tablet sigue en pie.
Claro. La cuestión es que si nosotros sabemos dónde está el problema, ¿crees que no lo saben guionistas y productores? Lo que pasa es que hay un miedo terrible a fracasar, pero no se dan cuenta de que es mejor fracasar innovando que fracasar haciendo lo mismo de siempre. Porque se cancelan muchas series cada temporada. Gracias por el comentario, Francis.
[…] cuanto al segundo punto negativo de este pequeño milagro televisivo, hay que mirar al terreno actoral. Se nota, y muy mucho, el carácter amateur o directamente […]